Crecimiento vegetativo – Capitulo 6

La fase de crecimiento plantular del cannabis dura entre 2 y 3 semanas, desde la germinación de la semilla hasta que existe un buen establecimiento radicular. Una vez establecido un sistema fuerte de raíces, el desarrollo del follaje aumenta con rapidez y las plántulas entran en fase de crecimiento vegetativo. Cuando la producción de clorofila va a toda velocidad, las plantas vegetativas producen tanto follaje verde y tanto crecimiento de raíces como es física y genéticamente posible. Por supuesto, las condiciones de cultivo – CO2, niveles de oxígeno en la tierra, nutrientes, agua y demás- no han de estar limitadas, y deben encontrarse en el equilibrio apropiado para estar disponibles con el fin de que pueda darse una absorción rápida. Hay variedades de cannabis que crecen entre 1,5 y 5 cm al día siempre que estén mantenidas adecuadamente. Las plantas que se quedan paradas por el motivo que sea pueden tardar semanas en retomar el crecimiento normal. Una planta severamente atrofiada puede no recuperarse por completo jamás.

Crecimiento vegetativo

Un crecimiento vegetativo es fundamental para una cosecha sana.

Cultivar plantas grandes en contenedores relativamente pequeños, de 19 litros en este caso, requiere riegos diarios con una solución nutriente completa. Una capa de acolchado evitaría que las raíces estuvieran expuestas.

Estas plantas pasarán poco tiempo en crecimiento vegetativo y estarán expuestas a menos problemas.

El crecimiento vegetativo del cannabis se mantiene en interior, al aire libre y en invernadero con un periodo de 16 a 24 horas de luz al día. El cannabis autofloreciente (feminizado) florece según su desarrollo cronológico, y no se ve afectado por el fotoperiodo.

Para un crecimiento robusto, resulta esencial contar con un sistema de raíces fuerte y sin restricciones en una rizosfera (zona de las raíces) perfecta, y que dicho sistema de raíces sea capaz de absorber todos los nutrientes necesarios que estén disponibles. La clave de una cosecha sana es un crecimiento vegetativo sin restricciones. La toma de agua y nutrientes por parte de las plantas cambia durante el crecimiento vegetativo. Se necesitan niveles altos de nitrógeno. La transpiración ocurre más deprisa, por lo que hace falta más agua. Cuanto más grande se haga la planta y mayor sea su sistema de raíces, más rápidamente se secará la tierra. La clave de un crecimiento vegetativo fuerte y una buena cosecha estriba en proporcionar a las plantas el entorno perfecto sobre el suelo y bajo el suelo.

Durante el crecimiento vegetativo, las plantas necesitan agua y, a menudo, también requieren suplementos a base de fertilizante. Los jardineros ecológicos que cultivan al aire libre y en invernaderos pueden preparar tierras orgánicas con nutrientes y enmiendas a granel. Los cultivadores de interior suelen tener que añadir fertilizantes a modo de suplemento. Además, el jardín necesita una circulación de aire y una ventilación adecuadas tanto de día como de noche. Las deficiencias de nutrientes que empiezan durante la primera o la segunda semana de crecimiento en interior suelen dejarse ver entre la tercera y la quinta semana de crecimiento. Las deficiencias de nutrientes que empiezan durante la cuarta o la quinta semana de crecimiento en exterior y en invernaderos muestran sus síntomas visibles entre la sexta y la octava semana de crecimiento. Sin embargo, los desequilibrios menores de nutrientes tardan más en manifestarse, si es que llegan a hacerlo.

Con frecuencia, las infestaciones de plagas y enfermedades aparecen a medida que progresan las deficiencias de nutrientes. Muchas veces, los clones nuevos procedentes de otro jardín ya están infestados con huevos de ácaros, oidio o enfermedades de las raíces, pero las señales visibles son escasas. Pon siempre en cuarentena las plántulas y los clones nuevos, y sumérgelos en un acaricida/fungicida/insecticida orgánico antes de introducirlos en el jardín.

Múltiples carencias y excesos de nutrientes, enfermedades y plagas se hacen evidentes durante el crecimiento vegetativo.

El cannabis florece cuando tiene noches largas y días cortos.

Pasados entre 1 y 3 meses de crecimiento vegetativo, los nutrientes ya han tenido ocasión de acumularse hasta alcanzar niveles tóxicos, y las plantas pueden mostrar signos externos de deficiencias o excesos. Enjuagar el sustrato eliminará los nutrientes tóxicos hidrosolubles. Consulta el capítulo 21, Nutrientes, para más información. Otros problemas, como los relacionados con el exceso o la falta de riego, la circulación del aire y la ventilación, también ocurren ahora. Véase la sección “Problemas comunes de nutrientes” en el capítulo 21 para más información.

El cannabis se mantiene en crecimiento vegetativo durante un año o más con un fotoperiodo de 18 horas y un clima templado. Pero antes o después se alcanza un máximo genético que hace que el cannabis degenere. Las variedades indica o con predominancia indica que sufren estrés por las condiciones frías invernales tienden a florecer con independencia de las horas de luz, y suelen producir más resina en las plantas atrofiadas.

En este jardín, las plantas madre y los clones crecen juntos con días largos, de 18 horas, y noches cortas, de 6 horas.

En interior y en invernadero, las fases de crecimiento pueden controlarse mediante el ciclo de luz y oscuridad (fotoperiodo). Éste es el principal estímulo que induce la floración. Haz que las plantas tengan un ciclo de luz con días de 12 horas y noches de 12 horas para provocar la floración. Da a las plantas entre 0 y 8 horas de oscuridad y de 16 a 24 horas de luz para mantener el crecimiento vegetativo. El control del fotoperiodo permite a los horticultores de interior e invernadero controlar los ciclos vegetativo y de floración. Consulta el capítulo 17, Luz, lámparas y electricidad, para más información sobre el control del fotoperiodo. Los jardineros de exterior trabajan con la Madre Naturaleza y cosechan con las noches largas y los días cortos de primavera y otoño.

Una vez que el sexo de una planta está determinado, el ejemplar puede convertirse en una planta madre, un clon o un macho de crianza, y puede ser cosechado o incluso revegetado (véase el capítulo 8, Floración).

Nota: Las plantas muestran “preflores” tempranas masculinas o femeninas alrededor de la cuarta semana de crecimiento vegetativo. Véase “Prefloración” en el capítulo 8, Floración.

El trasplante, la poda, el doblado y el enmallado se inician cuando las plantas están en fase de crecimiento vegetativo. A continuación, se incluye información sobre estas prácticas.

Trasplantes

Cuando las plantas se hacen demasiado grandes para sus contenedores, hay que trasplantarlas para que se mantenga el crecimiento rápido. Los sistemas de raíces que están apretados e inhibidos dan lugar a plantas enfermizas y atrofiadas. Los síntomas de que las plantas tienen las raíces constreñidas incluyen un crecimiento débil y lento. Las plantas cuyas raíces están severamente constreñidas tienden a crecer en vertical con ramas que se estiran excesivamente, rebasando los bordes del contenedor. Cuando pueden observarse estos síntomas, la planta ya tiene las raíces constreñidas. Para comprobar el estado de las raíces, saca la planta de su maceta para ver si las raíces están apiñadas en la base o haciendo círculos por los lados de la maceta. Cuando se cultivan plantas pequeñas que pueden ser regadas a diario y alcanzar la madurez completa en un plazo de 70 a 90 días a partir de clones o plántulas, no hacen falta contenedores de más de 11-19 litros. Las plantas de mayor tamaño y las plantas madre necesitan macetas grandes si van a ser mantenidas más de 3 meses.

En exterior y en invernadero, las plantas pueden hacerse mucho más grandes que en interior. Los contenedores deberían ser tan grandes como sea posible para acomodar una gran masa de raíces. Las plantas que producen 4,5 kilos de cogollos de cannabis médico suelen cultivarse en contenedores con un volumen de 750 a 2.000 litros.

Trasplanta al mismo tipo de medio de cultivo, o a uno similar; de lo contrario, podría crearse un diferencial entre la presión del agua (tensión higroscópica) de ambos medios, lo cual ralentiza el movimiento del agua y la penetración de las raíces en el medio. Por ejemplo, cuando se trasplanta a tierra un taco de lana de roca, éste retiene más agua que la tierra. Las raíces migran despacio a la tierra. Lo que mejor funciona en este caso es trasplantar a tierra tacos de lana de roca que sean pequeños. Los tacos retienen poca agua, y las raíces migran al sustrato más deprisa. Asegúrate de mantener una humedad uniforme en el sustrato y de que la lana de roca no esté demasiado húmeda para favorecer el crecimiento de raíces en el nuevo medio de cultivo.

Empezar a cultivar las semillas y los clones en tacos de enraizamiento o contenedores de turba hace que los trasplantes resulten sencillos. Sitúa el taco o el contenedor de turba en un agujero realizado en el medio de cultivo, asegurándote de que esté firmemente asentado. Después de trasplantar, mantén los tacos de enraizamiento y los sustratos humedecidos de manera uniforme.

El trasplante es la segunda experiencia más traumática, siendo superada únicamente por el corte del tallo durante la clonación. Requiere una atención especial y cierta destreza manual. Los diminutos pelos radiculares son muy delicados y pueden ser destruidos fácilmente por la luz, el aire o unas manos torpes. Las raíces crecen a oscuras, en un ambiente seguro. Cuando las raíces dejan de estar en contacto con la tierra durante mucho tiempo, se secan y mueren rápidamente.

El trasplante debe suponer tan pocas molestias para el sistema de raíces como sea posible. El agua ayuda a que la tierra se mantenga en contacto alrededor de las raíces y evita que se sequen. Las raíces necesitan estar constantemente en contacto con tierra húmeda y aireada para poder abastecer de agua, oxígeno y alimentos al resto de la planta. No obstante, el factor clave es que estas frágiles raíces también necesitan aire (oxígeno) para ser capaces de absorber agua y nutrientes.

Los clones están listos para ser trasplantados cuando empieza a producirse crecimiento verde nuevo.

Los clones de este jardín perfecto de Trichome Technologies resultan fáciles de cuidar.

La luz fluorescente es perfecta para estos clones recién trasplantados. Les proporciona luz suficiente para desarrollar un sistema de raíces fuerte y más follaje.

Antes de que los tacos estén listos para ser trasplantados, deben desarrollarse unas buenas raíces fuertes.

Una larga fase de crecimiento vegetativo permite que las plantas se hagan lo bastante grandes como para desarrollar una cantidad abundante de cogollos florales.

Los tacos de lana de roca sirven de contenedor para enraizar y trasplantar clones.


Inmersión de trasplantes en acaricida

Sumerge los clones y las plántulas en una solución acaricida/fungicida antes de trasplantar. Ataja las enfermedades y las plagas antes de trasladar las plantas a un cuarto limpio de crecimiento vegetativo o de floración. Mezcla una solución fungicida/insecticida/acaricida para desinfectar los clones antes de trasplantar al medio de cultivo. Llena un contenedor con agua con pH bajo (5,0-6,0) y añade un fungicida natural, como el peróxido de hidrógeno al 3%. O añade a la mezcla un 10% de cloro o vinagre. No mezcles cloro y vinagre. El gas que se desprende es nocivo.

Mezcla la solución para sumergir los clones, y utiliza un trapo para cubrir y contener la tierra durante la inmersión.

Sumerge el clon entero para asegurarte de que el líquido cubre todo el follaje.

Saca el clon o la plántula, y sacude con cuidado el exceso de líquido antes de trasplantar.


Después de trasplantar, la fotosíntesis y la producción de clorofila se ralentiza, al igual que ocurre con el agua y la absorción de nutrientes a través de las raíces. Trasplanta a última hora del día, de forma que las plantas dispongan de toda la noche para recuperarse.

Los trasplantes requieren una luz tenue para que el follaje crezca al ritmo que las raíces pueden abastecer de agua y nutrientes. Asegúrate que los trasplantes recién hechos reciban una luz filtrada y menos intensa durante un par de días. Si tienes una lámpara fluorescente a mano, pon las plantas debajo durante un par de días, antes de trasladarlas de nuevo bajo la luz intensa de las lámparas DAI, o a un invernadero o al aire libre para su aclimatación.

Idealmente, las plantas deberían estar tan sanas como fuera posible antes de sufrir el trauma del trasplante. Sin embargo, trasplantar una planta enferma y con las raíces colapsadas a un contenedor más grande ha curado más de una planta achacosa. Una vez trasplantado, el cannabis requiere niveles bajos de nitrógeno y potasio, así como una mayor cantidad de fósforo. Cualquier producto que contenga bacterias Trichoderma o hongos micorriza ayudará a reducir el choque del trasplante. Las plantas necesitan unos días para asentarse y restablecer una buena circulación de fluidos desde las raíces hasta el resto de la planta. Cuando se trasplanta con cuidado y se perturba lo mínimo, no tiene por qué haber signos de estrés o decaimiento.

Cortar la base de un contenedor de papel o de fibra biodegradable es una técnica simple de trasplante que molesta muy poco a las raíces. Simplemente, recorta la mitad inferior de la maceta y asienta la planta en el agujero de plantación. Retira la parte del contenedor que está por encima del nivel del suelo para que no quede expuesta al aire. Si está expuesta al aire, tardará más en biodegradarse, lo cual afectará al crecimiento de las raíces.

Para más información acerca de los contenedores de autopoda y las macetas que fomentan el desarrollo de raíces, consulta el capítulo 19, Contenedores.

Retira siempre el plástico de los tacos de lana de roca al trasplantar.

Esta planta tiene las raíces constreñidas y necesita ser trasplantada. A menudo, hay que soltar con cuidado estas raíces antes de trasplantar para que crezcan hacia fuera y hacia abajo.

Las plántulas y los esquejes pueden ser trasplantados directamente a macetas de un tamaño entre 11 y 19 litros, creando un sistema que requiere menos contenedores y, por tanto, menos trabajo y menos posibilidades de estrés para las plantas. Cuanto mayor es el volumen de tierra, más tiempo se retienen el agua y los nutrientes, y menos frecuente tiene que ser el riego.

Cuando los clones y plántulas que están en macetas de 10 cm se trasplantan directamente a contenedores de 19 litros, las raíces crecen hacia abajo, a los lados y alrededor de las paredes y la base del contenedor. De hecho, la mayoría de las raíces crecen fuera de la tierra y forman una capa junto a la pared del contenedor que está sometida a los extremos de temperatura.

Para estimular que las raíces desarrollen un sistema compacto y denso, trasplanta justo antes de que hayan sobrepasado la capacidad de su maceta. Trasplantar un clon bien enraizado de su taco de enraizamiento a una maceta de 10 cm, y luego trasplantar el cepellón de 10 cm a un contenedor o una bolsa de cultivo de 11 litros, fomenta que se desarrolle un sistema de raíces más extenso en una pequeña bola de sustrato. Un trasplante bien hecho causa un estrés mínimo. Muchos cultivos de cannabis están en el suelo tan poco tiempo que un trasplante chapucero se paga con un valioso tiempo de recuperación y una pérdida de rendimiento.

Trasplanta los clones y las plántulas a camas elevadas y  a contenedores y arriates de grandes dimensiones, o directamente a macetas de 11 a 19 litros. Si se deja que las plantas crezcan 6 o 7 meses a pleno sol, 1 o 2 plantas llenarán un contenedor de 750 litros al aire libre. Cuando se cultiva durante 3 o 4 meses, los contenedores pueden tener un volumen de 40 a 200 litros. Una vez que las plantas comienzan a apiñarse y hacerse sombra las unas a las otras, dobla los tallos hacia fuera y átalos a tutores anclados en el arriate. Los arriates grandes requieren menos mantenimiento que los contenedores o las camas de poco tamaño. El mayor volumen de tierra retiene el agua y los nutrientes mucho más tiempo y de manera más uniforme. Un inconveniente es que todas las plantas tienen la misma dieta y reciben la misma cantidad de agua.

Para más información acerca del traslado de plantas al aire libre, consulta el capítulo 12, Exterior.

El trasplante: paso a paso

Primero: El día antes de trasplantar, riega los clones y las plántulas con una mezcla a mitad de concentración de un producto que contenga bacterias Trichoderma y/o hongos micorriza.

Segundo: Llena un contenedor de 11 a 750 litros con una tierra rica para macetas o con sustrato inorgánico hasta 5 cm del borde. Riega el medio de cultivo con una solución suave, a un cuarto de concentración, de té orgánico de nutrientes o de fertilizante hidropónico a base de sales, hasta que el medio de cultivo se sature y drene libremente por la base del contenedor.

Tercero: Saca el cepellón del contenedor con cuidado. Sitúa la palma de tu mano sobre la parte de arriba del contenedor, dejando el tallo entre los dedos; dale la vuelta y deja que el cepellón se deslice fuera de la maceta sobre tu mano. En este punto, pon todo el cuidado en que el cepellón se mantenga de una pieza.

Cuarto: Coloca el cepellón con cuidado en el agujero preparado en el contenedor nuevo. Asegúrate de que todas las raíces crecen hacia abajo, y de que la masa de tierra está al mismo nivel que el nuevo medio, o sólo un poco por debajo de éste, comprimiendo ligera y firmemente (si es necesario y posible) todo el medio de cultivo nuevo y viejo para formar una unidad.

Quinto: Rellena el hueco alrededor del cepellón. Suavemente, pero con firmeza, haz que la tierra entre en contacto con el cepellón. Añade una capa de acolchado para conservar la humedad y proteger la delicada capa de raíces superficiales. En este caso, hemos usado bolas de arcilla expandida.

Sexto: Riega con fertilizante a media concentración, incluyendo bacterias Trichoderma y/o hongos micorriza. La tierra debería saturarse -no encharcarse- y drenar con soltura. Si el taco de enraizamiento y el nuevo sustrato no son idénticos, presta especial atención a los niveles de humedad. Deja que la lana de roca se seque lo suficiente para que las raíces penetren en el nuevo medio en busca de humedad.

Séptimo: Sitúa los nuevos trasplantes bajo lámparas fluorescentes o en el perímetro del jardín iluminado con lámparas DAI, o déjalos un par de días bajo una malla para reducir la intensidad de la luz solar que puede darse al aire libre o en invernaderos. Una vez que los trasplantes lucen fuertes, ya puedes ponerlos a plena luz o en un invernadero para que se aclimaten.

Doblado y tutorado

El objetivo de doblar las ramas es aumentar el número de brotes florales por planta que están expuestos directamente a la intensa luz solar o artificial. Más brotes florales equivalen a más cogollos florales al cosechar. La técnica de cultivo de malla verde (SCROG) hace que los cultivadores practiquen el doblado de ramas con la ayuda de una red horizontal de enmallado. Los cogollos se doblan en horizontal y producen más sitios de crecimiento floral. Un amigo mío publicó un libro excelente para los jardineros médicos de interior: Secrets of the West Coast Masters, por Dru West (West Coast Masters, 2011). El libro está basado en el enmallado para aumentar la cantidad de sitios florales y, con ello, incrementar la producción.

TAMAÑO DEL CONTENEDOR EN INTERIOR
Edad de la plantaTamaño del contenedor
1–3 semanastaco de enraizamiento / bloque de tierra
2–6 semanasmaceta de 10 cm
6–8 semanasmaceta de 7 L
2–3 mesesmaceta de 11 L
3–8 mesesmaceta de 19 L
6–18 mesesmaceta de 38 L
TAMAÑO DEL CONTENEDOR EN EXTERIOR / INVERNADERO
Edad de la plantaTamaño del contenedor
1–3 semanasmaceta de 10 cm
3–6 semanasmaceta de 4-11 L
6–8 semanasmaceta de 11-19 L
2–3 mesesmaceta de 19-38 L
3–6 mesesmaceta de 200-750 L
6–9 mesesmaceta de 200-2.000 L

La poda redirige las hormonas de crecimiento y afecta a las plantas más drásticamente que doblarlas. Una poda y un doblado selectivos nos permite manipular los niveles de auxinas en las puntas de las ramas y de los brotes florales. Eliminar o doblar una rama, o la punta de la rama, altera los balances hormonales. Cortar el meristemo (el brote principal de crecimiento) de una planta de cannabis provoca que las auxinas se repartan, aumentando su concentración en las puntas de las ramas inferiores. Doblar un brote de crecimiento no modifica tanto las concentraciones hormonales como podarlo.

Utiliza alambre grueso de aluminio para dar soporte a las plantas. Esta planta se quebró con el viento y fue asegurada con cinta adhesiva. Se colocó un trozo de alambre de aluminio alrededor de la rama para proporcionar una firmeza extra mientras la planta se recuperaba.

Enrolla el alambre alrededor de un palo de escoba para formar una espiral. La espiral flexible de alambre resulta mucho más fácil de colocar alrededor de las ramas.

Existen muchos tipos de amarres que pueden utilizarse cuando se doblan las plantas. Los favoritos son el alambre aislado de color verde (parte inferior izquierda) y el alambre recubierto de plástico (parte inferior derecha). El uso de cuerdas, cordeles y cintas resulta más tedioso. Prefiero utilizar alambre aislado, que no se clava en las ramas.

El doblado es similar a la poda en el sentido de que altera el flujo de hormonas. El doblado neutraliza de forma eficiente el efecto de la hormona que inhibe el crecimiento, y resulta mucho menos agresivo que la poda para las plantas. Para llevarlo a cabo, elige ramas jóvenes que sean flexibles. Inclina una rama en la dirección deseada y átala en su sitio. Las ramas jóvenes y flexibles pueden doblarse mucho antes de plegarse o quebrarse. Incluso si una planta se ha doblegado, átala; utiliza una tablilla si es necesario. El tallo se curará solo. Las ramas jóvenes y flexibles aguantan el doblado mucho mejor que las viejas y anquilosadas. Doblar las ramas horizontalmente estimula que los brotes crezcan verticalmente hacia la luz. Los brotes se convertirán en puntas florales impresionantes, ya que todas recibirán más luz. Un arriate de madera con una espaldera a los lados o una red de nailon por encima hace que sea muy fácil  anclar las plantas dobladas.

‘Jack Herer’ en crecimiento en un contenedor de 19 litros a pleno sol en un balcón con paredes y protegido del viento. El doblado inicial tiene lugar tan pronto como el clon (trasladado de interior) se ha establecido en el contenedor.

Dirigir las ramas hacia fuera doblándolas hacia el borde del contenedor fomenta que la planta se haga mucho más ancha, por lo que todas las ramas desarrollarán cogollos florales de mayor tamaño.

Cuándo doblar y tutorar las ramas

Dobla las plantas cuando las ramas todavía sean lo bastante flexibles con el fin de evitar daños. Las ramas pierden flexibilidad y se vuelven más rígidas a medida que envejecen, especialmente en plantas al aire libre. Para lograr los mejores resultados, empieza a doblar las plantas antes de que midan 30 cm de altura para que las ramas tengan tiempo de ajustar sus niveles hormonales y crezcan uniformes.

Cuando las plantas se cultivan en estado vegetativo durante más de un mes o dos, las plantas pueden necesitar ser dobladas y tutoradas durante una temporada más larga. Una vez que las plantas entran en fase de floración, el doblado se hace cada vez más difícil. El doblado resulta menos fructífero cuando las plantas están en floración y ya han iniciado el último tirón de crecimiento.

El alambre recubierto, como el que se emplea para cerrar bolsas de plástico, puede adquirirse en tiendas de jardinería. El alambre se encuentra ya cortado o en rollo, de forma que el cultivador pueda elegir el largo. Los trozos de alambre suelen ser demasiado pequeños para plantas grandes, y pueden clavarse en los tallos. Los amarres más gruesos hechos de cable para electrónica o de teléfono recubierto de plástico funcionan bien. Se ajustan con un simple giro y permanecen rígidos, dejando espacio para que el tallo crezca. Pero si se ajustan demasiado apretados alrededor de un tallo (anillado), los líquidos no pueden fluir y la planta podría morir. Véase “Tutores y soportes«.

Utiliza cinta para injertos (o cinta plástica verde para plantas, sin pegamento) para recubrir y sostener las ramas rotas. Puede emplearse un palo pequeño a modo de tablilla para dar más soporte. De esta forma, se protege la herida y se mantiene inmovilizada la rama rota. Yo usé cinta adhesiva para conductos en esta planta y tuve suerte, ya que el pegamento puede causar problemas. Además, la cinta para conductos se estira y transpira con la planta.

Ten cuidado al doblar las ramas aunque el cannabis pueda soportar cierto abuso. A veces, una bifurcación puede separarse, o una rama puede plegarse por completo, cortando la corriente de fluidos. Estos infortunios suelen solucionarse fácilmente con una pequeña tablilla de madera fijada con cinta adhesiva para conductos, asegurando la inmovilización de la rotura y el tallo. Sin embargo, hay veces que una rama que se rompe en una bifurcación no puede repararse.

Los jardineros también combinan el doblado y la poda. Resulta fácil podar demasiado, pero es más difícil doblar en exceso.

A medida que la planta crece, siguen doblándose las ramas hacia fuera. Las ramas del centro de la planta recibirán más luz y se desarrollarán rápidamente.

El follaje ha aumentado y la planta doblada deja ver una buena forma. El amplio entramado de plástico se llenará de follaje pronto.

A principios de verano, la planta está bien establecida. La red de enmallado más grande está sirviendo para acomodar el crecimiento extra, y se continúa aplicando la técnica de doblado.

La planta empieza a cogollar y ha formado una canopia enorme sobre el pequeño contenedor.

Se utilizó un trozo de alambre recubierto de plástico para doblar esta rama hacia abajo y evitar que rebasara la valla de 2,4 metros.

La planta está ahora en plena floración. Ocupa gran parte de la terraza, cubriendo por completo la red de enmallado que era visible anteriormente.

La cinta adhesiva para conductos funciona bien para arreglar ramas rotas.

Una pirámide de cordeles está suspendida desde arriba para sostener las ramas cargadas de cogollos. Estas plantas provienen de semillas que normalmente se cultivan en interior, y sus ramas son débiles. El sistema de cordeles ayuda a mantener derechas las ramas pesadas.

Tutores y soportes

Las plantas de cannabis médico que superan el metro de altura suelen necesitar ser tutoradas para que el peso de los cogollos no provoque que se quiebren las ramas. Los tutores sirven para dirigir el crecimiento de la planta dentro de un espacio determinado, y para aprovechar la luz solar. Un tutorado correcto también mantiene las plantas erguidas con un mínimo de daños tras las tormentas. Los tutorados complicados y mal planificados molestan durante las tareas de mantenimiento del jardín. Planifica un sistema de tutorado simple y fácil de usar. Hay jardineros que utilizan varas de bambú o estructuras para tomateras y los anclan en los contenedores. Los jardineros que cultivan en camas elevadas pueden construir un marco para instalar una red de enmallado sobre las plantas; las ramas llenas de cogollos florales crecerán a través de la red.

Los jardineros de exterior pueden instalar redes de enmallado sobre las plantas en invernaderos de aros cubriendo la estructura de aros con red de plástico de 15 cm, después de haber usado la estructura como invernadero. Las ramas crecen a través de la red de enmallado. Si las ramas siguen creciendo y empiezan a caerse una vez que la primera red está colocada, espera hasta que midan unos 60 cm más y pon otra red de 15 cm sobre las plantas a modo de segundo enmallado.

Construir tus propias estructuras metálicas circulares es una buena opción para tutorar plantas de gran tamaño. Las estructuras grandes para tomateras funcionan bien para plantas de tamaño mediano. Compra tramos de valla metálica galvanizada con una altura de 120 a 180 cm y cuadros de 15 cm. Forma un gran círculo con la valla, de 90 a 120 cm de diámetro. Corta y dobla los extremos de alambre para conectar la estructura como un cilindro. El resultado será un enrejado de 180 cm de altura con un espacio de 90 a 120 cm de lado. Colócalo sobre las plantas antes de que se hagan demasiado grandes. Ancla el enrejado al suelo con grapas grandes o con piquetas para tiendas de campaña. 

Las plantas de ‘Flo’ de este jardín están destinadas a un cultivo al aire libre. Las hojas y ramas bajas serán eliminadas antes de hacer trasplantes profundos a tierra.

Las plantas de este invernadero están tutoradas con estructuras grandes para tomateras. Crecerán hasta llenar el invernadero, y pronto necesitarán nuevas estructuras de soporte.

El plástico ha sido retirado de este invernadero de aros, y ahora constituye una estructura de soporte para plantas de gran tamaño. El mes de junio está a punto de comenzar, y estas plantas bien asentadas están listas para crecer.

Llegado el día 20 de agosto, las plantas han crecido a través de la primera red de enmallado y se ha colocado una segunda red sobre la parte superior.

Poda el crecimiento bajo que recibe poca luz o ninguna. Estas pequeñas ramas producen cogollos pequeños cuya cosecha resulta complicada.

Esta planta pequeña fue podada una vez mediante la eliminación del meristemo.

Poda

La poda redirige las hormonas de crecimiento y afecta a las plantas de manera más drástica que el doblado. Una poda selectiva permite a los jardineros manipular los niveles de auxinas en las puntas de las ramas y de los brotes florales. Eliminar una rama, o la punta de la rama, altera los balances hormonales. Cortar el meristemo (el brote principal de crecimiento) de una planta de cannabis provoca que las auxinas se repartan, aumentando su concentración en las puntas de las ramas inferiores.

Cuando podes, utiliza siempre instrumentos limpios. Una navaja recta, una cuchilla de un sólo filo, una podadora afilada o un par de tijeras: todos funcionan bien para distintos usos. Desinfecta las podadoras y las cuchillas después de usarlas con alcohol de farmacia* o lejía, o usando la llama de un soplete. Usa las tijeras de poda de interior únicamente en el jardín de interior. Las podadoras que se utilizan al aire libre llevan de todo, desde ácaros hasta esporas de hongos. Si hay que emplear las tijeras de exterior, sumérgelas en alcohol o quémalas con un soplete de butano para esterilizarlas antes de empezar a cortar. Después de podar, la herida abierta invita a las enfermedades y las plagas. Lávate las manos y desinfecta todos los utensilios antes y después de podar. Realiza los cortes en un ángulo de 45º para evitar que la humedad se asiente en las heridas.

El alcohol funciona pero no es efectivo al 100%, especialmente en lo que respecta a esporas y partículas de virus. Una solución de lejía al 10% o un desinfectante comercial funcionará al 100% siempre.

Evita podar durante un mes (o más) antes de inducir la floración. Como la poda disemina las hormonas florales, la floración se retarda. Si se hace una poda en profundidad entre 4 y 6 semanas antes de la floración, el punto óptimo de maduración se verá retrasado en una semana o más. Las hormonas tardan un mes o más en recuperar los niveles de concentración que tenían antes de la poda.

Deja las hojas en paz. La eliminación de hojas sanas es un ataque para las plantas sanas. Eliminar las hojas fuertes y sanas NO hace que las plantas sean más productivas aunque esta práctica proporcione más luz a las hojas y brotes pequeños. Las plantas necesitan todas sus hojas para producir la máxima cantidad de clorofila y alimentos. Cortar hojas ralentiza la producción de clorofila, estresa la planta y frena su crecimiento. El estrés es un inhibidor del desarrollo.

Retira únicamente las hojas muertas o aquellas que estén dañadas en más del 50%. Elimina el crecimiento bajo y enfermizo que recibe poca luz. Este crecimiento débil constituye un entorno ideal para el ataque de las enfermedades y las plagas. Eliminar el crecimiento bajo que está sombreado también aumenta la circulación de aire entre las plantas y alrededor de ellas. 

Podar todas las ramas o eliminar más del 20-30% del follaje en poco tiempo puede hacer que las plantas sufran tanto estrés que disminuya la cosecha, especialmente si el tiempo de recuperación es corto. No obstante, el crecimiento y la poda también dependen de la salud y el estado de la planta, el grosor del tallo y otras variables.

Con el tiempo, podar demasiado puede alterar las concentraciones hormonales y provocar un crecimiento espigado. Éste suele ser el caso de las plantas madre que proporcionan demasiados clones. Las plantas madre que tienen menos de 12 meses dan los mejores clones. Muchos jardineros mantienen las plantas madre durante 6 meses solamente.

Podar las plantas de exterior entre principios y mediados de temporada no afecta al tiempo de cosecha. Las hormonas tienen oportunidad de trasladarse y estabilizarse antes de la cosecha. Podar las puntas de las ramas y los brotes principales de crecimiento refuerza el crecimiento de las ramas bajas, y puede ser necesario para mantener las plantas bajo control en jardines pequeños.

Poda las plantas cuando aún son pequeñas para lograr el mayor efecto de ramificación. Una eliminación temprana de la punta de crecimiento deja unas pocas ramas para que crezcan hacia arriba. Podar las ramas altas o laterales más adelante  tiene efectos menos dramáticos y no altera tanto el equilibrio hormonal debido a la abundancia de follaje y hormonas

En general, la poda y retirada del crecimiento débil y espigado y de las hojas muertas es toda la poda necesaria. Véase, “Eliminación de ramas bajas” más adelante.

Un jardinero experto en cannabis médico del condado de Humboldt, California, tiene un estilo de poda único para plantas gigantes. El meristemo se fuerza a formar un callo cortándolo, de forma similar a la técnica FIM. Una vez formado el callo en la punta del meristemo, se divide en 4 trozos separados. Los 4 cuartos de rama separados son extendidos y tutorados formando ángulos de 90º. El interior de los tallos se cura rápidamente y empiezan a crecer hacia arriba múltiples brotes de las ramas.

Las plantas de este jardín eran demasiado altas cuando se trasladaron desde el cuarto vegetativo. Crecieron deprisa y la luz sólo podía penetrar los primeros 60 cm de follaje. Eliminar el crecimiento más bajo hace que la energía vaya hacia arriba y que aumente la circulación de aire en la parte inferior. En cualquier caso, las plantas crecieron demasiado y en malas condiciones. Las hojas inferiores tuvieron que ser eliminadas por este motivo, y se desperdiciaron recursos y tiempo.

El tallo principal de esta planta de cannabis se dividió para formar 4 ramas. Las heridas de las ramas divididas se curan y forman 4 nuevos tallos “principales”. Esta técnica única de poda requiere mucho trabajo, y fomenta al máximo el crecimiento y el desarrollo de sitios florales en una planta de cannabis. Esta técnica es efectiva cuando las plantas se cultivan durante un periodo de 6 a 10 meses, y el resto de elementos –tierra, agua, nutrientes, luz, etc.- se mantienen en niveles óptimos para soportar el crecimiento extra.

Las ramas bajas de esta planta de exterior han sido eliminadas porque recibían poca luz y producirían cogollos espigados. Quitar el crecimiento débil que está a la sombra incrementa la circulación de aire y envía una valiosa energía de crecimiento a las puntas de la planta.

Técnicas de poda

No podar

No podar tiene varias ventajas. Las hormonas florales pueden concentrarse en las puntas de las ramas, haciendo que los cogollos crezcan más fuertes y densos. En interior, las plantas bajas y sin podar pueden acumularse en un área pequeña. Las plantas apiñadas tienen menos espacio para ramificar lateralmente, y tienden a crecer más en vertical. Los clones se pasan a floración después de estar entre 1 y 30 días en el cuarto de crecimiento.

Los clones pequeños pueden apiñarse en macetas de 11 litros.

Muchos jardineros de interior no podan nada, especialmente cuando se cultivan clones pequeños, de 60 a 90 cm de altura. Los cultivos de esquejes pequeños no requieren que se pode para aumentar la cantidad de luz que llega a las hojas de abajo ni para alterar su forma. “No podar” es el método más sencillo y productivo cuando se hacen cultivos de poca altura, pero las ramas que se llenan de cogollos florales pesados pueden necesitar sujeción.

Al aire libre, es común no podar. Los jardineros del norte de California dejan que las plantas desarrollen su potencial y colocan redes de enmallado sobre las plantas para sostener las ramas llenas de cogollos florales. Muchas plantas bajas y robustas que alcanzan 120 cm de altura sin ser podadas no necesitan red de enmallado.

Eliminación de ramas bajas

Elimina las ramas espigadas y todo el crecimiento que no reciba la suficiente energía luminosa, incluyendo las hojas secas o estropeadas. Quitar las ramas bajas débiles y faltas de luz es una práctica común tanto en jardines de interior como en invernadero y al aire libre. La poda de ramas bajas concentra las auxinas en las ramas de la parte superior. Corta las ramas bajas limpiamente, junto al tallo, de manera que no quede ningún resto que pueda pudrirse y atraer plagas o enfermedades. Si tienes que cosechar un poco de cannabis medicinal antes de tiempo, eliminar unas pocas ramas bajas producirá una reducción mínima de la cosecha.

Podar las ramas espigadas y el crecimiento atrofiado de la parte interior de la planta abre la estructura y aporta una mejor circulación de aire. Además, hace que resulte más fácil inspeccionar la tierra, los tallos y los sistemas de riego. Esta práctica es mucho mejor que la de eliminar todas las hojas bajas.

Eliminación de todas las ramas excepto las cuatro principales

Corta el meristemo (tallo central) de la planta justo encima de las 4 ramas más bajas (principales). Al quitar la guía central, las hormonas florales se concentran en las 4 ramas restantes. Estas pocas ramas se harán más fuertes y producirán una mayor cantidad de cogollos florales densos y pesados. Elimina el tallo sobre las 4 ramas principales, pero no quites hojas de estas ramas. Selecciona plantas con 3 pares de nudos, de alrededor de 6 semanas de edad, y poda o pellizca el último par de nudos para que queden 2 pares de ramas. Traslada las plantas al cuarto de floración cuando midan alrededor de 30 cm de alto. Para mantener un jardín bajo, las variedades que crecen deprisa y se hacen altas, como ‘Critical Mass’, ‘Power Plant’ y otras de floración igualmente robusta, deberían ser pasadas al cuarto de floración o al invernadero cuando miden unos 20 cm de altura.

Esta planta enorme y mimada crece en un contenedor de 2.000 litros dentro de un invernadero. Los contenedores de 4 litros de la derecha dan perspectiva a esta planta, que acaba de empezar a florecer.

Dobla o pliega las puntas de las plantas para practicar la superproducción. Esta técnica envía la energía hacia abajo, a las ramas inferiores.

Las plantas suelen curarse, y la punta de la planta vuelve a ser capaz de orientar el crecimiento hacia arriba.


Cuenta los brotes antes de pellizcar porque sólo los siguientes 5-7 brotes inferiores crecerán de forma adecuada. Si la planta tiene 10 hojas o nudos más, un pellizcado suave del meristemo y 1 hoja probablemente resulte en 5 brotes de crecimiento reforzado. Si la planta tiene 15 hojas o nudos, este pellizcado suave dará los mismos resultados, pero en la parte alta de la planta. Un pellizcado más agresivo, realizado entre los nudos 3 y 5 desde la punta, puede hacer que crezcan de 3 a 5 ramas buenas por debajo. Se trata de un proceso más lento y que puede alargar el periodo de maduración, pero logra ajustar la altura total.


Pellizcado de las puntas de las ramas

Cortar de un pellizco o podar los brotes (las puntas de las ramas) provoca que los 2 brotes que están justo debajo del corte crezcan más grandes y fuertes. Este efecto se ve reflejado en la parte inferior de la planta. Cortar de un pellizco o podar las puntas de las ramas incrementa el número de brotes florales. Además, dispersa las hormonas florales (auxinas). Las concentraciones altas de auxinas impiden que los cogollos laterales crezcan con rapidez. Las ramas bajas se desarrollan más deprisa cuando se elimina la punta de la planta (brote terminal). Cuanto más alejada está la punta de una rama de las hormonas, menos efecto tienen las auxinas.

Para eliminar de un pellizco la punta de una rama, simplemente córtala bajo el último par de hojas, o los dos últimos. Pellizcar de esta forma, con los dedos, los brotes tiernos ayuda a sellar la herida y suele causar menos daños en las plantas que cortarlas con unas tijeras o una podadora. Cuando se pellizca el tallo central se estimula el crecimiento lateral e inferior. Cuando todos los brotes son pellizcados, se refuerza el crecimiento de la parte inferior. Ir pellizcando continuamente, como cuando se cortan esquejes de una planta madre, ocasiona que se formen multitud de pequeñas ramas debajo de las puntas podadas. Con el tiempo, la forma de la planta acaba pareciéndose a un seto. La mayoría de los jardineros no pellizcan los brotes tiernos porque disminuye la producción de cogollos más densos y de mejor calidad; pero puede que no afecte al peso total seco. Estimular el desarrollo de muchos cogollos pequeños también requiere más trabajo al manicurar la cosecha.

Superproducción

La técnica de superproducción (supercropping) es una forma de pellizcar o podar las puntas de las ramas. Independientemente de quién inventara el llamativo término, los jardineros de cannabis emplean varias versiones diferentes de la técnica de superproducción.

La teoría de la superproducción consiste en que las plantas responden a la interrupción de la corriente de fluidos produciendo flores femeninas compactas y más resina rica en cannabinoides. La rama es plegada, aproximadamente a una distancia de 5 a 7 cm por debajo de la punta de crecimiento, creando una herida. Hay jardineros que valoran mucho esta práctica, y es posible que tan alto aprecio esté justificado.

La técnica de superproducción puede incorporar la poda FIM, que se explica a continuación. También puede combinarse con el doblado. La eliminación de hojas sanas para que “los brotes florales reciban más luz” también es practicada por algunos supercroppers, los cuales afirman que la producción aumenta de esta forma. Véase “Estrés”, para más información.

Técnica FIM

La técnica FIM apareció publicada por primera vez en el número de julio de 2000 de la revista High Times. Según la mejor información encontrada, la técnica fue descubierta por un cultivador del estado norteamericano de Carolina del Sur. Aquel jardinero intentó cortar de un pellizco el ápice de una planta, pero al darse cuenta de que no había cortado el brote entero, exclamó “¡Joder, fallé!” (“Fuck, I missed!” en inglés); de esta forma, se acuñó el acrónimo FIM. Una vez pellizcado, o fimeado, el brote de crecimiento, el jardinero dejó que la planta se desarrollara. Como resultado de esa única poda, se formaron múltiples puntas florales. Según algunos jardineros de cannabis, esta técnica aumenta el rendimiento. Sin embargo, mi experiencia revela que no es así. Además, la poda FIM crea racimos florales pequeños y densos que son tendentes a sufrir enfermedades.

El dibujo central y el detalle de la derecha muestran la técnica de poda FIM: el 10% inferior del brote queda intacto. Ésta es la clave de la poda FIM.

Injertos

Se sabe poco acerca de los injertos en el cannabis, y apenas se practican, por lo que ocupan un espacio muy reducido en el jardín de cannabis médico. Injertar el cannabis puede ayudar a solucionar el problema de la sequía y las posibles enfermedades de las raíces. Utilizar una planta indica de crecimiento compacto para injertar una planta sativa con un gran sistema radicular se traduciría en un mayor abastecimiento de nutrientes a la planta injertada. El ejemplar resultante sería una superplanta resistente a la sequía.

La mayoría de estados médicos en EE.UU. tienen impuesta una cantidad máxima de plantas que pueden ser cultivadas. Injertar 3 o 4 variedades distintas en 1 planta madre podría ayudar a que los jardineros se mantuvieran por debajo de los máximos establecidos.

Sí, es posible injertar un pie de cannabis con un tallo de la especie lúpulo (Humulus lupulus). El lúpulo, los racimos florales femeninos de las plantas de lúpulo, se usa para la producción de cerveza. La planta vivirá; sin embargo, no producirá más cannabinoides.

La parte verde superior (injerto) de una planta de cannabis se une al portainjerto (pie). Las variedades sativa suelen ser más resistentes a las enfermedades que las variedades indica. Injertar un pie sativa con variedades indica podría hacer que las plantas fueran más resistentes a las enfermedades.

Estrés

El cannabis crece mejor y da la máxima producción cuando se le proporciona un ambiente estable. Las plantas estresadas son menos productivas que las plantas sin estresar. Entre los traumas que provocan estrés se encuentran la restricción de agua, la fluctuación del fotoperiodo, la luz de baja intensidad y la luz ultravioleta, la toxicidad o la carencia de nutrientes, un sustrato frío o caliente, las temperaturas extremas y cualquier otra situación anómala respecto a las condiciones ideales de cultivo. Además, cualquier aplicación de hormonas de crecimiento, como giberelinas, citoquininas, ácido abscísico, etileno o colchicina, causan estrés. El estrés también puede hacer que las plantas hembra produzcan flores masculinas, y que las plantas macho produzcan flores femeninas. Consulta el capítulo 22, Aditivos, y el capítulo 25, Crianza, para más información sobre las hormonas y otros agentes.

El estrés puede hacer que las plantas produzcan más resina pero, al mismo tiempo, provoca un crecimiento extraño y/o reducido. Por ejemplo, Felix, un jardinero suizo de exterior, cultivó un campo de cannabis a 300 metros de altitud y, otro, a 1.300 metros. El campo a mayor altura sufrió estrés debido a que estaba expuesto a temperaturas más bajas y a una radiación ultravioleta de mayor intensidad. Estas plantas produjeron un 25% más de resina cargada de THC que las plantas del campo situado a menor altura. Sin embargo, las plantas cultivadas a 300 metros rindieron, como mínimo, un 25% más de peso en seco que las plantas cultivadas a 1.300 metros de elevación.

Eliminar las hojas verdes grandes, que dan sombra, permite que brille más luz sobre las hojas más pequeñas, pero también hace que el desarrollo sea más lento y que disminuya la cosecha. Retira sólo las hojas que tengan dañada más de la mitad por enfermedades o plagas. A menudo, las hojas que han amarilleado parcialmente recobran el verdor una vez que se ha eliminado el estrés.

Estas plantas, cultivadas en condiciones estresantes en las montañas marroquíes del Rif, reciben una luz UV más intensa, nutrientes limitados y poca agua.

Las ramas de esta planta “bonsai” han sido podadas, al igual que las raíces, por lo que crecerá despacio en este pequeño contenedor. El entorno estresante hace que la planta se mantenga pequeña.

Cómo hacer que las plantas sufran estrés

1. Fluctuación del fotoperiodo y vuelta al fotoperiodo de 12 horas de día/noche.

2. Luz de baja intensidad (esto puede provocar la aparición de más plantas macho)

3. Toxicidad o deficiencia de nutrientes

4. Medios de cultivo fríos o calientes

5. Temperatura ambiente fría o caliente

6. Mutilación

7. Estrés sexual

8. Riego

9. Patógenos

10. Productos químicos 

11. Otros muchos factores

Mutilar las plantas quebrando los troncos o clavando estacas a través de los tallos, y torturarlas y golpearlas en general puede que incremente la producción de resina, pero lo más frecuente es que el estrés retarde el crecimiento, provoque otros problemas y reduzca la producción total.

Las restricciones de agua también pueden provocar una mayor producción de resina, pero frena el crecimiento y disminuye la producción de hojas, tallos y flores. El estrés hídrico ralentiza o detiene el enraizamiento de los esquejes. Si los clones tienen demasiadas hojas y están demasiado ocupados con la transpiración, el crecimiento de las raíces es muy lento. A la inversa, los medios de enraizamiento anegados no tienen espacio para el aire, y el enraizamiento se ralentiza hasta casi detenerse. 

El estrés también puede afectar al sexo de las plantas. Consulta el capítulo 25, Crianza, para más información al respecto.

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