Después de pasar una década viviendo en España, donde podía cultivar cannabis legalmente para consumo personal, regresé a Estados Unidos. Aunque me examinó un doctor y me concedió un certificado de marihuana médica del estado de California, en mi nuevo hogar, seguía sintiéndome incómodo con el sistema legal. Cuando dejé EE.UU., los “jardineros de cannabis médico delincuentes” eran castigados con largas sentencias de prisión, y sus casas y bienes eran confiscados en virtud del código civil. Me llevó unos meses acostumbrarme a la nueva vida en California.
Éste es un breve repaso a 3 años en la historia de un jardín trasero situado en California a 38 grados de latitud norte y sometido a la influencia del clima marítimo del océano Pacífico. Se encuentra en la zona climática número 14 según la clasificación Sunset.
Esta sencilla historia demuestra que la tierra es la base fundamental del jardín. El sol, la temperatura y las variedades que se cultivan son los factores siguientes en importancia. Cuando estos elementos están en equilibrio, cultivar cannabis médico de alta calidad resulta fácil.
El primer año, la tierra era muy mala: una arcilla densa llena de piedras de río. El drenaje era lento, y la tierra contenía poco oxígeno y poca materia orgánica. El agua se quedaba estancada en la superficie del terreno cuando llovía mucho.
Jorge siempre está cultivando en su patio trasero.
Empecé a enmendar la tierra en febrero, mezclando materia orgánica en abundancia –compost, polvo de corteza, arena y tierra usada de interior-. Añadí estiércol de gallina para ayudar a descomponer el polvo de corteza. También se incorporaron harina de huesos y harina de quelpo, pero no piedra caliza ni otros fertilizantes suplementarios.
La textura de la tierra se transformó. El agua drenaba con soltura y había buena retención. Sin embargo, la tierra seguía careciendo del balance adecuado de vida orgánica; algo que tardaría dos años más en lograrse.
Jardín trasero 2010
Fecha de trasplante: 4 de julio de 2010
Mi primer cultivo mantuvo un perfil discreto, y estaba compuesto por 3 plantas de ‘Bubba Kush’ y 3 plantas de ‘O.G. Kush’. Estas variedades, adquiridas en un dispensario local de cannabis médico, fueron desarrolladas para ser cultivadas en interior, bajo lámparas.
Trasplanté los clones en tacos de lana de roca a contenedores de 3 litros. Los dejé aclimatarse más de una semana y, con cierto aire patriótico, pasé a tierra los clones, de 30 cm de altura, el 4 de julio, Día de la Independencia en EE.UU.
Las plantas, en un lecho elevado de 1,8 x 3 metros de superficie y 20 cm de altura, estaban cubiertas con una malla de sombreado al 50%. La malla de sombreado se extendía por un lateral para ayudar a bloquear la brisa oceánica.
Una semana después de trasplantar, el crecimiento era pausado. Los días de julio eran calurosos (30 ºC), pero las noches eran frías (7 ºC). La malla de sombreo mantenía las plantas más frescas durante el día y menos frías por la noche.
Para el 4 de agosto, las plantas estaban creciendo bien. La malla de sombreado refrescaba la tierra y reducía el consumo de agua.
Esta planta de O.G. Kush recibía luz en abundancia para un crecimiento rápido.
El jardín está situado entre un muro de dos alturas y una valla alta. Cuando el sol se oculta tras los árboles y muros, los niveles de luz que recibe el jardín son bajos. Mientras el sol estaba justo encima, alrededor del 21 de junio, la zona del jardín recibía 6 horas de sol directo como mínimo, pero a primeros de octubre, el sol estaba más bajo en el cielo y sólo la mitad de las plantas recibían de 1 a 4 horas de luz directa; el resto tenía luz ambiental únicamente. A las plantas que aparecen en primer plano también les llegaba luz desde una ventana adyacente. Una tela de oscurecimiento ayudó a bloquear la luz nocturna para que todas las partes de las plantas maduraran al mismo tiempo.
El 10 de agosto, las flores femeninas empezaron a crecer, con 13 horas y 50 minutos de luz solar. A final de mes, la floración se encontraba en pleno apogeo, con 13 horas de luz y 11 horas de oscuridad.
El 1 de agosto se abonó con 2,5 kilos de guano de murciélago, rastrillando bien la capa superior de la tierra. El guano de murciélago era caro, pero contribuyó al crecimiento de los cogollos y también impartió un sabor más dulce.
Dos semanas antes de cosechar, todo el follaje se mantenía verde, incluyendo las hojas grandes. Fue necesaria una dosis alta de nitrógeno (estiércol de gallina) para reducir el polvo de corteza en la tierra.
Las seis plantas crecieron hasta alcanzar unos 90 cm de altura con cogollos grandes y gruesos. Los primeros síntomas de oidio y moho aparecieron entre mediados y finales de agosto, a medida que los cogollos empezaron a engordar. El moho fue empeorando progresivamente al no tomar medidas de control. Se aplicó Serenade Garden, un biofungicida preventivo de amplio espectro, en pulverización una vez por semana hasta el día 1 de septiembre. Esto pareció mantener a raya la enfermedad, pero sirvió de poco contra la infección, que ya había llegado al interior de la planta. El moho siguió progresando, y fue siendo eliminado a medida que se hacía visible.
El cultivo, rico en cannabinoides, fue cosechado por ramas el día 1 de octubre.
A modo de experimento, se dejaron las ramas con gran cantidad de moho para que la enfermedad avanzara. El moho afectó a una docena de cogollos grandes. Los dejé para ver cómo evolucionaban. Al final del experimento, decidí que la mejor manera de acabar con el moho de los cogollos era convirtiéndolo en humo.
Aviso: No intentes esto en casa.
Jardín trasero 2011
Fecha de trasplante: 14 de junio de 2011
El segundo año, los clones fueron trasplantados un par de semanas antes. La tierra absorbía y retenía el agua mucho mejor; 12 meses de actividad biológica habían contribuido a que la tierra madurara. Las variedades –‘Chemdawg’, ‘Headband’ y ‘Blue Dream’- se hicieron más altas y eran más robustas y resistentes (aunque no inmunes) al oidio y la pudrición de los cogollos (Botrytis cinerea).
Llegado el momento de plantar, los dispensarios ofrecían los mejores esquejes comerciales, y era la forma más sencilla de adquirir las plantas. Por supuesto, mi investigación se basaba en la facilidad de acceso, y elegí del stock que tenía a mano. Las variedades de interior no estaban aclimatadas a los rigores del cultivo al aire libre, donde los tallos tienen que ser fuertes, y el crecimiento ha de ser rápido y robusto.
El jardín del segundo año fue más fácil de atender porque el clima fue más suave, y los clones ya estaban asentados cuando empezó el tiempo caluroso, a finales de julio. Además, el agua penetraba mejor en la tierra.
Regaba a mano cada pocos días -unos 40 litros por planta-, usando una lanza de riego aireado y agua del grifo.
Alrededor del 20 de agosto, las plantas crecían de forma robusta y los estigmas y brácteas de las flores femeninas estaban empezando a desarrollarse.
Las ramas oscilaban con el viento, y muchas de ellas no podrían dar soporte al peso de los racimos florales que estaban formándose. Instalé una malla de soporte horizontal hecha de nailon, la cual consistía en cuadrados de 15 cm. La fijé a unos postes ligeros clavados en el suelo. Aparte de trasplantar, el montaje del sistema de soporte horizontal fue lo más trabajoso de este jardín. Llevó 2 horas clavar los postes, extender la malla, doblar las ramas altas y limpiar.
El último día de agosto, ya se habían formado más cogollos florales pequeños, y las puntas de las ramas estaban estirándose. Los 20 cm extra de tablón lateral que se añadieron al lecho elevado aumentaron la altura hasta 40 cm. También añadí tierra enriquecida con compost para rellenar el hueco. El lecho se calentaba antes en primavera, pero conservaba demasiado el calor en verano hasta que las plantas sombrearon la tierra.
El 6 de septiembre, sólo la mitad de las plantas recibían entre 2 y 5 horas de sol directo; el resto recibían luz ambiental únicamente.
Los cogollos empezaron a engordar alrededor del 20 de septiembre. Las ramas de cogollos grandes fueron cosechadas 30 días después. Las ramas bajas se dejaron madurar otra semana o más antes de recogerlas.
Una gran tormenta nos dio de lleno el día 2 de octubre. En la imagen, ‘Headband’, una variedad con mucha hoja y tallos finos, aparece vencida en primer plano. La variedad ‘Green Crack’, con tallos fuertes, pocas hojas y cogollos compactos, se mantiene erguida en la parte de atrás.
Una vez más, el oidio afectó al cultivo, pero fue mantenido a raya con aplicaciones de Serenade Garden cada 10 días.
El primer cogollo, con un racimo floral de 56 gr, fue recogido el 4 de octubre de un ejemplar de ‘Blue Dream’. Los cogollos florales de las distintas variedades maduraron a ritmos diferentes, lo cual hizo que la cosecha se extendiera 2 semanas.
Jardín trasero 2012
Fecha de trasplante: 15 de mayo de 2012
Este año, empecé con clones buenos y fuertes -tres ‘Queen Mother x Elvira’ y tres ‘Lamb’s Bread x Mother Teresa’- de un experto jardinero de cannabis médico de interior. Los esquejes estaban en macetas de 10 cm, y medían entre 30 y 45 cm de altura. Las raíces de todos ellos se encontraban en buenas condiciones; aunque había algunas de color marrón, la mayor parte eran blancas y tenían un aspecto sano y vibrante.
Dejé los pequeños clones al aire libre, pero los puse a la sombra y estuve trasladándolos adentro cada noche durante 3 días. El día 15 de mayo, eliminé algunas ramas bajas y trasplanté los clones a unos 20 cm de profundidad.
Plantar a mayor profundidad hizo que las raíces tuvieran un entorno fresco y húmedo. Los tallos subterráneos desarrollaron raíces nuevas y fuertes en el plazo de un mes.
Los clones recién plantados estaban protegidos de la luz intensa con malla de sombreo, la cual también mantuvo fresca la tierra durante las primeras tres semanas posteriores al trasplante. Esta foto fue tomada el día 3 de junio, una vez que las plantas se habían establecido y empezado a crecer.
Para el montaje de la malla de sombreo, clavé unos postes ligeros en la tierra rodeando el interior del lecho elevado, y coloqué malla de sombreo al 50% por encima de los esquejes jóvenes, fijándola a los postes. Estos clones fueron plantados durante una racha de tiempo fresco que duró varios días. (Los pronósticos meteorológicos aciertan muchas veces.)
La malla de sombreo fue retirada una semana más tarde, pero volví a ponerla unos días más cuando apretó el calor.
Durante la primera semana de junio, los clones establecidos ya crecían bien y no necesitaban protección frente a la intensa luz del sol. Plantar antes sacó partido a la menor intensidad solar y a las temperaturas más frescas. Las plantas tuvieron oportunidad de asentarse antes de que llegara el clima cálido.
El día 7 de junio, la temperatura del lecho de cultivo estaba alrededor de 30 ºC a las horas más calurosas del día, y alrededor de 22 ºC a 6 cm de profundidad. El lecho elevado sirvió de ayuda cuando los días eran frescos, antes de que la tierra se calentara. En 2 días, la luz hizo que el lecho de cultivo alcanzara unas temperaturas tan altas que redujeron el crecimiento al mínimo.
La superficie del terreno estaba a 40 ºC el día 21 de junio. A 10 cm de profundidad, la temperatura llegaba a 30 ºC. Una capa de 15 cm de acolchado a base de paja redujo la temperatura a 21 ºC en la superficie, y a 19 ºC a 10 cm de profundidad. Las plantas empezaron a crecer entre 2,5 y 5 cm diarios.
Para el 12 julio, las plantas habían sobrepasado el lecho de cultivo y precisaban ser dobladas y tutoradas. La nueva alambrada de 120 cm con cuadros de 15 cm que rodeaba las dos terceras partes del jardín proporcionaba soporte para doblar las ramas. Dejé abiertos los laterales sombreados para tener fácil acceso al interior del jardín. Tutoré las ramas del perímetro a través de los huecos de 15 cm del vallado para aumentar la estabilidad. El doblado ralentizó el crecimiento vertical y mantuvo las plantas por debajo del vallado. Doblar las puntas de las ramas también fomentó un crecimiento más arbustivo.
Las plantas dobladas y crecidas necesitaron una poda baja para aumentar la circulación de aire y favorecer el crecimiento de la parte superior, que recibía la luz de mayor intensidad. El día 17 de julio, corté las ramas y hojas seleccionadas, empleando para ello unas tijeras de poda afiladas para no dañar las plantas.
Las plantas necesitaban tanta agua que instalé un sistema de riego por goteo para regarlas diariamente. Los goteros no suministraban el agua de manera uniforme, por lo que también regué a fondo según hizo falta usando una lanza de riego y un cabezal difusor que oxigenaba el agua. A fecha de 24 de julio, las plantas consumían aún más agua, así que se mantuvo el ritmo de riego en días alternos con una cantidad de 150 a 225 litros para todo el lecho de 180 x 300 cm.
Para el día 21 de agosto, las plantas habían sobrepasado el lecho elevado de 180 x 300 cm. En esta foto, puede observarse que las ramas superiores habían empezado a crecer hacia arriba, y pequeñas brácteas y estigmas se desarrollaban en los cogollos que estaban formándose.
Las ramas llenas de flores crecieron 30 cm o más entre los días 21 de agosto y 5 de septiembre. Observa la planta de ‘Apollo 13’ en primer plano a la derecha. Los cogollos estaban claramente más desarrollados que en las demás plantas. Observa que las ramas de ‘Jack’s Cleaner’, a la izquierda, no están tan avanzadas en floración. Les llegó luz por la noche a través de una ventana que había cerca.
Aquí tenemos una foto tomada a finales de septiembre desde una ventana del piso superior. Las plantas medían entre 1,5 y 2 metros de altura. Los cogollos florales empezaban a pesar tanto que vencían las ramas.
‘Apollo 13’ fue la primera planta que maduró, dos semanas completas antes que el resto del jardín. Esta imagen fue tomada el 27 de septiembre, pocas semanas antes de la cosecha.
Aquí tenemos la imagen de una rama de cogollos florales de ‘Jack’s Cleaner’ que fue tomada el mismo día que la foto anterior de ‘Apollo 13’. Observa que el cogollo era más grande y de maduración más lenta.
Esta foto muestra una rama de cogollos florales de la misma planta de ‘Jack’s Cleaner’ anterior. La imagen fue tomada el mismo día, 27 de septiembre, que las 2 imágenes anteriores. Los racimos florales estaban poco desarrollados y eran más pequeños en general porque recibían luz durante las horas nocturnas a través de una ventana próxima.
