Una cosecha abundante de cannabis medicinal libre de enfermedades y plagas es la recompensa a tu inversión económica y a todas las horas de trabajo y preocupaciones relativas al jardín. Las plántulas y los clones fuertes, sanos y bien cultivados producen las cosechas más grandes. Una cosecha bien organizada reducirá la carga de trabajo, y un conocimiento básico de lo que sucede en la planta de cannabis te ayudará a preservar sus cualidades medicinales durante la cosecha y después de ésta. Los niveles de cannabinoides aumentan a medida que las plantas se aproximan al punto óptimo de maduración. Decidir el momento adecuado de cosechar resulta esencial para obtener los niveles deseados de cannabinoides medicinales. El periodo óptimo de cosecha en interior suele durar entre 5 y 7 días, y no todos los cogollos florales están maduros al mismo tiempo. Algunos jardineros cosechan sus cultivos pronto, tras un periodo de floración de 45 a 50 días, y antes de que se alcance el pico de maduración. La inmensa mayoría de cultivadores cosecha sus jardines cuando estos tienen el punto óptimo de madurez. Los perfiles de cannabinoides, especialmente el contenido de THC, se encuentran en sus niveles más altos cuando se cosecha en el punto óptimo.
Llevo 15 años fascinado con el cultivo al aire libre, desde que pude empezar a cultivar cannabis legalmente con la ayuda de la Madre Naturaleza. El cultivo de plantas grandes durante temporadas largas permite que las plantas expresen al máximo su potencial genético.
El grueso de los cannabinoides, incluyendo el THC, se encuentra en las glándulas de resina que cubren las flores y las hojas; hay cantidades menores en la superficie de los tallos y en células internas de la planta. Es posible que los tallos y las raíces huelan como si contuvieran cannabinoides, pero en realidad tienen niveles mucho más bajos de cannabinoides deseables. Las plantas macho contienen cantidades y niveles de cannabinoides mucho más bajos que las plantas hembra, y normalmente son cosechadas antes de que polinicen las plantas hembra. Las plantas hembra sin polinizar (sin semillas) tienen la máxima cantidad de glándulas de resina y cannabinoides, y se cosechan cuando las glándulas de resina alcanzan su punto óptimo de maduración. Las hojas y los cogollos florales son cosechados, separados, manicurados, secados y curados.
El crecimiento se detiene al cosechar, y el contenido en THC (cannabinoide) ya no podrá aumentar. Algunos procesos vegetales continúan hasta que no quedan recursos. En general, los niveles de cannabinoides están fijados, pero su tipo cambia con la cosecha, pasando de cannabinoides inactivos a activos o viceversa. El secado hace que se elimine alrededor del 75% del peso en agua que se encuentra en el follaje.
El secado concentra los cannabinoides en relación al peso total. El contenido real de cannabinoides de las glándulas de resina seguirá siendo el mismo o disminuirá tras la cosecha. Una manipulación adecuada es clave para retener la riqueza de cannabinoides. Las exposiciones prolongadas a la luz, las temperaturas por encima de 27 ºC, los roces de las manos torpes y las condiciones húmedas deberían ser evitados porque degradan las glándulas de resina y los cannabinoides.
Paul Stanford, organizador de Hempstalk (www.hempstalk.org), aparece retratado en su jardín de cannabis medicinal de Portland, Oregón. Está delante de dos plantas hembra de ‘AK47’ en plena floración.
Para hacer que la cosecha sea una experiencia lo menos estresante posible, hay ciertas cosas que tienes que saber.
Los cultivadores médicos cosechan jardines como éste, que está lleno de cogollos florales ricos en cannabinoides y que ha sido cultivado para probar las variedades de DNA Genetics.
Lavar las ramas de cogollos florales cosechadas en una solución muy diluida de H2O2 (peróxido de hidrógeno) se está convirtiendo en una práctica popular. Lavamos las verduras antes de consumirlas, y el cannabis no es distinto en este sentido. Un baño suave de H2O2 elimina a nivel superficial bacterias, moho, suciedad, plagas muertas y sus heces y otros elementos indeseables. Sin embargo, un baño de estas características también crea radicales libres*.
Puedes evitar dañar en exceso las glándulas de resina si manicuras los cogollos florales frescos justo después de la cosecha. Manicura cuando el follaje está blando y flexible, a mano o con la ayuda de una máquina peladora para retirar el follaje externo de los cogollos florales, que son menos ricos en cannabinoides. Una vez manicurados, los racimos florales se secan lentamente para ecualizar el contenido de humedad, preservar los cannabinoides y eliminar clorofila. Tras el secado, las inflorescencias deben curarse para que desarrollen todo su aroma y sabor. Con demasiada frecuencia, unos cogollos hermosos son secados demasiado deprisa y con temperaturas excesivas, y no se curan de manera apropiada. Una manipulación ruda del cannabis puede dañar y degradar la resina y los terpenos. Estos cogollos florales pierden su bouquet. A medida que las glándulas de resina se degradan, el contenido de cannabinoides disminuye. El cannabis que se seca deprisa y mal sigue conteniendo distintas cantidades de clorofila, almidón, nitratos, etc.
Después del curado, una conservación adecuada asegurará que el cannabis medicinal retenga todas sus cualidades esenciales.
Colgar las plantas con la punta hacia abajo para el secado es sencillo, conveniente y efectivo. En contra de lo que se rumorea, colgar las plantas boca abajo no hace que los cannabinoides se desplacen hasta los racimos florales. Los cannabinoides no se trasladan a otras partes de la planta después de la cosecha.
Antes de cosechar
No riegues durante un día o dos antes de la cosecha. La tierra debería estar bastante seca, pero no tanto como para que la planta pierda su turgencia. Esto acelerará el tiempo de secado en un día o más, y no afectará a la calidad de los cannabinoides y los terpenos.
La fragancia del cannabis medicinal en flor suele ser intensa antes, durante y después de la cosecha. Si el aire se estanca dentro y alrededor de los cuartos de manicura y secado, los olores se asentarán e irán acumulándose. Para ayudar a controlar la fragancia, mantén bien ventilados los cuartos de secado y manicura. Si es posible, permite que haya una corriente de aire fresco a través de la habitación de secado para eliminar los olores rápidamente. Mantén la temperatura por debajo de 21 ºC para minimizar la presencia del aroma.
Pérdida de fragancia
“Los terpenos, o terpenoides, son los compuestos del cannabis que dan a la planta su fragancia única. El THC y los demás cannabinoides no tienen olor, así que la cautivadora fragancia de la marihuana depende de los terpenos que predominan. La combinación de terpenoides y THC es lo que proporciona a cada variedad un sabor psicoactivo específico.” –Martin A. Lee, “Acerca de los terpenos”, High Times
El aroma, el sabor y, en última instancia, los efectos del cannabis fumado dependen de la mezcla de terpenos y cannabinoides. A menudo, los cannabinoides y los terpenos se volatilizan y son destruidos durante la floración, la cosecha y el almacenamiento como resultado de las altas temperaturas y el maltrato. La ausencia de estos compuestos disminuye el bouquet y el sabor. También puede alterar el efecto total del cannabis.
Las plantas de cannabis pierden su fragancia por una combinación de motivos, los cuales incluyen la destrucción de los terpenos o la creación de un entorno inadecuado para el desarrollo de los terpenos. Durante la floración, las plantas que están sometidas a duras condiciones ambientales –como son el viento, la lluvia y la luz solar o artificial excesivamente calurosa- suelen ser menos fragantes. Las plantas que están al aire libre también acumulan en su superficie polvo, bacterias y demás materia indeseable. Cuando se dejan estos contaminantes en la planta, pueden causar olores y es posible que aceleren la degradación de los cannabinoides y los terpenos. Resulta curioso que los entornos de interior que están mal ventilados suelen estar más contaminados que los espacios al aire libre. Estos contaminantes también pueden jugar un papel en la disminución de la fragancia.
Los terpenos y los cannabinoides se evaporan en el aire dentro de una amplia gama de temperaturas: 119-220 ºC. A medida que sube la temperatura, cada vez más terpenos se evaporan en el aire. Los terpenos pueden ser destruidos por la temperatura alta, el tiempo húmedo, el viento, la lluvia y los manoseos o la manipulación brusca. Además, existe la posibilidad de que los terpenoides no tengan oportunidad de desarrollarse adecuadamente en las plantas que crecen en condiciones estresantes debido al clima, la falta de atención o los ataques de plagas y enfermedades.
El cannabis puede perder su fragancia cuando se seca demasiado rápido y a demasiada temperatura. El secado rápido no da tiempo a que se disipen la clorofila y otros contaminantes, los cuales pueden permanecer en el follaje. Los olores y sabores persistentes de estos elementos indeseables pueden hacerse notar al ser consumidos.
Cuando el cannabis está mal secado y sigue estando demasiado húmedo, al igual que sucede en una pila de compost, empieza a producirse descomposición anaeróbica. Este proceso hace que el cannabis huela a heno fresco y, en casos extremos, a que tenga un olor similar al amoniaco.
Las plantas pueden albergar oidio y otras enfermedades en el interior de sus tejidos. El oidio es imposible de detectar sin un análisis de laboratorio. Estas enfermedades debilitan las plantas y podrían contribuir al deterioro de la fragancia.
Las bacterias, las plagas muertas y sus heces microscópicas, el polvo y muchos otros contaminantes continúan en la superficie del follaje del cannabis al cosechar. Estos elementos también podrían afectar a la fragancia. Lavar el cannabis cosechado con un baño diluido de H2O2 los eliminará y desinfectará las plantas. Las plantas limpias huelen a fresco; la fragancia del cannabis es todo lo que queda.
Hay plantas que parecen estar predispuestas genéticamente a tener menos aroma, y a perder fragancia con el tiempo. La genética podría jugar un papel para minimizar la fragancia del cannabis en combinación con las condiciones climatológicas.
Los generadores de iones negativos actúan dentro de espacios pequeños y tienen poco impacto en la fragancia del cannabis que se está cultivando. Los generadores de ozono introducen ozono (O3) en un espacio cerrado. El O3 se convierte en O2 en pocos minutos. Los filtros de carbón eliminan la fragancia antes de que el aire sea expulsado al exterior*.
*Un radical libre de O que flota cerca de O2 se vuelve estable cuando se combinan para formar O2, oxígeno. Sin embargo, esta molécula de O podría unirse a cualquier carbono que se encontrara y lo neutralizaría. Gran parte del O3 se convierte en O2 en el aire, pero también afectan las leyes del equilibrio y la difusión.
Los generadores de ozono deben instalarse fuera de los cuartos de manicura y secado que estén ocupados con cannabis. Consulta el capítulo 16, Aire, para más información.
Se necesita una abundante circulación y ventilación del aire para secar los cogollos florales manicurados. Los cogollos que hay en estas bandejas de redecilla se voltean a mano una o dos veces al día para lograr un secado uniforme.
Colgar ramas enteras es una buena forma de secar cogollos florales de cannabis médico. Estas ramas acaban de ser cosechadas. Las hojas grandes han sido retiradas y los cogollos han sido recortados ligeramente.
El riego es importante durante la fase de floración. Comprueba la humedad de la tierra a diario para evitar el exceso de riego. Riega siempre por la mañana para que la mayor parte del agua sea utilizada durante el día. Las raíces empapadas durante la noche ralentizan el desarrollo de manera sustancial.
Este cultivo grande y sano de ‘Blue Dream’ está listo para ser cosechado.
Una luz verde o una lámpara UVB facilita mucho la detección de los rastros de plagas y enfermedades.
Guarda las hojas grandes para hacer concentrados o para cocinar.
La fragancia del cannabis también puede controlarse mediante el sellado de los cuartos de secado y manicura. Instala un ventilador y un filtro de carbón en la habitación para eliminar la fragancia antes de expulsar el aire fuera de la habitación. Véase “Fragancia” en el capítulo 16, Aire, para más información.
Evita el sabor de los fertilizantes, ya sean orgánicos o químicos, en los cogollos cosechados mediante el lavado con agua fresca o una solución de aclarado para eliminar cualquier residuo o compuesto químico que se haya acumulado en la tierra o en el follaje de la planta. Cinco o seis días antes de cosechar, lava a fondo el medio de cultivo con agua del grifo o de ósmosis inversa. Emplea una solución de aclarado como Final Flush para eliminar los nutrientes acumulados en el sustrato si tienes que usar agua corriente con muchos sólidos disueltos.
Lava a fondo la tierra entre 5 y 7 días antes de cosechar. Lavar la tierra eliminará las sales de fertilizante que se hayan acumulado en el sustrato. Esto permite que la planta haga uso del equilibrio de nutrientes de su sistema antes de la cosecha
Algunos cultivadores abonan con un fertilizante líquido a base de sales hasta 2 o 3 días antes de la cosecha, y utilizan una solución de aclarado para eliminar los residuos de los abonos. Afirman que esta práctica contribuye a que las plantas retengan peso en los cogollos florales. Sin embargo, esto no hace que los cogollos se desarrollen más deprisa, y los residuos de los fertilizantes siguen presentes en el tejido vegetal. El fertilizante añade peso a costa de la calidad medicinal.
Aplica la solución de lavado siguiendo las instrucciones de los envases. Deja siempre que al menos un 10% -preferiblemente más- drene fuera a través de la base de los contenedores. Si se trata de un sistema hidropónico recirculante, cambia el agua entre 4 y 6 días después de la aplicación. Continúa rellenando el depósito con agua “limpia”.
Cómo saber que el fertilizante podría afectar al sabor
1. Las puntas y los bordes de las hojas están quemados.
2. Las hojas están quebradizas al llegar la cosecha.
3. Los cogollos florales huelen a productos químicos.
4. Los cogollos florales chisporrotean al arder.
5. Los cogollos saben a fertilizante.
Inspecciona las plantas por la noche con una luz verde o con una lámpara UVB. El oidio y las heces y rastros de los insectos son visibles; de hecho, resaltan como cuando lees filas de letras para graduarte la vista. Retira todos los indicios de oidio antes de que éste penetre en el tejido vegetal. Rocía el hongo con un fungicida orgánico antes de eliminar las partes afectadas de la planta para asegurarte de que la infección no se extienda al resto del cultivo. Este método sólo funciona cuando hay muy poco oidio.
Hay jardineros que mantienen las plantas a oscuras durante un periodo de 24 a 48 horas antes de cosechar. Afirman que esta práctica logra que los cogollos estén más resinosos.
Hojas
Una vez que las hojas grandes están completamente formadas, la potencia de los cannabinoides suele haber alcanzado el máximo. La potencia aumenta desde la base de la planta hacia arriba. Las hojas grandes y viejas de la base no son tan ricas en cannabinoides como las hojas más pequeñas y jóvenes cercanas a la punta de la planta. La zona con mayor concentración de cannabinoides durante gran parte de la fase de crecimiento se encuentra en las puntas de las ramas, en las hojas pequeñas y los brotes bien formados. Corta la hoja entera, incluyendo su tallo (peciolo) y échala en una bolsa. Si el peciolo se deja en la planta, comienza a arrugarse y puede atraer a los hongos. Las bolsas de papel transpiran bien y pueden cerrarse doblando la parte superior. Las bolsas de plástico no permiten la transpiración y suelen “sudar” por dentro, así que deben dejarse abiertas.
Una vez cortadas, pon las plantas o las ramas con la punta hacia abajo y empieza a quitar las hojas grandes a mano. Asegúrate de inspeccionar todas las hojas en busca de resina.
Las hojas de esta planta de ‘Maui’ están desarrollando resina al madurar. Las hojas que rodean los cogollos florales y cercanas a las puntas de las plantas tienden a tener más resina que las hojas cercanas a la base de la planta. Comprueba siempre el envés de las hojas en busca de señales visibles de resina. Ten preparada una bolsa extra de papel para separar las hojas que tienen resina visible. Estas hojas son estupendas para hacer hachís. (MF)
La resina de estas hojas ‘Jack the Ripper’ es tan espesa como la que se puede encontrar en cualquier parte de una sumidad florida. Es fácil separar las glándulas de resina del follaje en una forma concentrada. Guarda los recortes de hojas cargados de resina visible para hacer hachís concentrado. (MF)
Esta hoja de ‘Garlic’ está ampliada 4X. A menudo, las pequeñas hojas alrededor de los botones florales albergan tanta resina como los propios botones florales. Estas pequeñas hojas siguen desarrollando resina hasta que los capullos maduran. Estas pequeñas hojas pueden dejarse con los botones florales o separarse para utilizarlas con otro fin. (MF)
Este tallo de hoja (peciolo) tiene pocas glándulas de resina que contengan cannabinoides. La imagen muestra una gran cantidad de glándulas cistolíticas.
Recolecta las hojas si dejan ver síntomas de enfermedad o un rápido amarilleamiento que el fertilizante no ha podido remediar. Una vez que empiezan a amarillear y secarse, la potencia decrece rápidamente. Esto es cierto especialmente en el caso de la hoja “ancha”, de más tamaño y edad, que amarillea cuando se suprime el fertilizante rico en nitrógeno durante la floración.
Guarda la bolsa de papel en un armario o una zona donde el grado de humedad esté entre el 40 y el 60% y la temperatura sea de 15 a 21 ºC. Abre la bolsa una o dos veces al día y remueve las hojas a mano. Las hojas deberían estar secas al tacto entre 5 y 7 días después de cortarlas. Una vez secas, guarda las pequeñas hojas resinosas en el congelador para que las glándulas de resina se separen del follaje con facilidad. Las hojas grandes tienen menos cannabinoides y resultan más útiles para hacer tinturas, comidas y bebidas. Consulta el capítulo 26, Concentrados y tinturas medicinales, y el capítulo 27, Cocina con cannabis medicinal, para más información.
Recolección de las plantas macho
Recoge las plantas macho de cannabis tan pronto como sean identificadas, a menos que estén destinadas a proyectos de crianza. Las plantas macho producen menos cannabinoides y de peor calidad, y ocupan un espacio valioso en el jardín. Las flores masculinas pueden producir polen en interior o en invernaderos con privación de luz en sólo 2 semanas después de inducir la floración con el ciclo de día y noche de 12 horas. Al aire libre, las preflores masculinas también contienen polen. Hay que estar atento a las que se abren pronto. Los sacos de polen se abren en un plazo de 3 a 6 semanas después de iniciarse la floración. Las plantas siguen produciendo flores durante varias semanas desde que las primeras vainas empiezan a soltar polen. Cuando las flores masculinas son visibles claramente pero todavía no se han abierto, la producción de cannabinoides alcanza sus niveles máximos. No obstante, recuerda que el contenido de cannabinoides de las flores masculinas es bajo aunque esté en su pico de producción. Después de que las plantas macho liberen su polen, el proceso de degradación se acelera y las flores caen.
Antes de retirar las plantas macho del jardín, cúbrelas con una bolsa de plástico para ayudar a contener el polen.
Las ramas llenas de flores masculinas pueden dejarse en un vaso con agua durante varios días. Los sacos de polen seguirán abriéndose. El polen es fácil de recoger cuando está contenido en la bolsa.
Ésta es la última rama de una planta hembra de exterior ya cosechada. Un par de tiras de plástico indican que esta rama, ahora llena de cogollos florales, fue fecundada con polen masculino, por lo que se dejó madurar tras la cosecha.
Recolecta las plantas macho con cuidado, especialmente si están cerca de plantas hembra. Rociar las plantas macho con agua hace que el polen sea inservible, y ayuda a evitar las polinizaciones accidentales. Corta la planta por la base, con cuidado de sacudirla lo menos posible. Para prevenir una polinización accidental causada por flores masculinas que se hayan abierto de manera inadvertida, cubre cuidadosamente la planta macho con una bolsa de plástico y ata la bolsa por debajo antes de cortar. O, si ves una flor masculina abierta, rocíala con agua para hacer que el polen sea inviable. Mantén las plantas macho que utilices para criar tan lejos como sea posible de las plantas hembra en floración. Asegúrate de instalar mallas finas para el aire que entra en el cuarto de floración, y humedécelas regularmente para neutralizar el polen incontrolado. Aísla las plantas macho hasta que sean necesarias. Al cabo de un mes, la planta macho suele empezar a retomar el crecimiento vegetativo aunque todavía conserve sacos de polen viables. Las plantas macho también pueden ser clonadas y mantenidas en estado vegetativo hasta que sean necesarias. Provoca la floración alrededor de 3 semanas antes de que haga falta polen viable. En un plazo de 3 a 5 semanas, la planta macho estará llena de sacos de polen viable.
Brácteas seminales hinchadas en una planta hembra madura de ‘Jack Herer’.
Puedes prolongar la recolección de 1 o 2 plantas macho si vas retirando las flores con pinzas o con las uñas a medida que aparecen. En poco tiempo, aparecerán flores nuevas tras quitar las viejas. Sigue retirando los sacos de polen hasta que las plantas hembra estén a 2 semanas del pico de floración. Retirar las flores masculinas una a una es un proceso tedioso, lleva tiempo y es fácil que algunas sean pasadas por alto.
Resulta práctico recolectar la mayoría de las ramas, y dejar sólo 1 o 2 para concentrar la producción de polen. Una flor masculina aislada contiene polen suficiente para polinizar muchos óvulos femeninos; una rama llena de flores masculinas es más que suficiente para producir el polen necesario en cultivos de semilla y proyectos de crianza a nivel casero.
Véase “Producción casera de semillas”, en el capítulo 25, Crianza, para obtener una información completa sobre la recolección.
La cosecha sinsemilla
Según el experto en cannabis Mel Frank, “el periodo de potencia máxima se extiende a lo largo de una semana por lo menos, mientras la potencia se mantiene dentro de un estrecho margen respecto al máximo absoluto. Lo crítico no es cosechar hoy o mañana, sino cosechar esta semana o la que viene.”
Cosecha el cannabis sinsemilla cuando el ciclo de floración esté llegando a su fin y el crecimiento posterior vaya a ser mínimo y lento. Junto al crecimiento ralentizado, las brácteas, los estigmas y las glándulas de resina funcionan como indicadores fáciles de usar para ayudarte a determinar el momento de la cosecha. Cuando se emplean semillas comerciales de criadores respetables, los cultivadores médicos también tienen a su disposición las recomendaciones del criador respecto a las semanas de maduración, especialmente en interior.
Brácteas: Fíjate en las brácteas principalmente, las cuales deberían estar hinchadas y maduras, a excepción de las brácteas de las puntas de los cogollos. Las brácteas más altas deberían haber empezado a hincharse, pero todavía no tienen por qué estar completamente hinchadas.
Estigmas: La mayoría de estigmas (un buen 90%) –los “pelos” blancos y aterciopelados que atrapan el polen- se habrán secado y su color habrá pasado a ser ladrillo/marrón. Los pocos estigmas blancos que queden habrán empezado a rizarse y ya no tendrán un aspecto fresco, recto y receptivo para el polen. Todas las partes de la planta de cannabis, excepto las raíces, las semillas y los estigmas, estarán cubiertas de glándulas de resina.
Los estigmas están desprovistos de resina, y las afirmaciones sobre su potencia son simplemente erróneas. La única resina que podrían tener los estigmas se debería al contacto con la resina procedente de glándulas de las brácteas que se han roto o que han segregado resina.
Las imágenes siguientes realizan un seguimiento de distintas variedades de cannabis durante las últimas semanas de floración. Observa cómo cambian las brácteas y los estigmas, indicando el momento óptimo de cosecha.
Esta variedad indica, ‘Garlic’, acaba de empezar a desarrollar estigmas blancos para atraer el polen masculino. (MF)
Este cogollo de ‘Maui’ sigue floreciendo y desarrollando estigmas mientras espera que llegue el polen masculino. Cuando no hay polen masculino disponible, el crecimiento continúa. (MF)
Los blancos estigmas femeninos de esta ‘Skywalker’ cultivada en interior siguen desarrollándose desde las brácteas seminales. Observa que la resina empieza a ser visible a simple vista. (MF)
El riego por encima de la planta y las pulverizaciones deberían ser evitados durante las últimas 2 semanas antes de la cosecha. Una gota de rocío ha quedado suspendida entre los estigmas de esta ‘MK Ultra’ × ‘Sensi Star’, pero cualquier agua de más permanecería entre las brácteas y atraería la pudrición. (MF)
Durante la floración, el cambio de fertilizante a una mezcla rica en fósforo y potasio y baja en nitrógeno provoca que las hojas más grandes amarilleen a medida que se acerca la cosecha. (MF)
Los estigmas tienden a marchitarse al mismo ritmo que las glándulas de resina capitadas pediceladas empiezan a desgastarse y a experimentar oxidación, volviéndose de color ámbar en este proceso. Las imágenes muestran el cambio en los estigmas a medida que estos se marchitan. Las imágenes siguientes siguen una secuencia progresiva de la maduración de las glándulas de resina capitadas pediceladas hasta la cosecha.
Aquí tenemos un plano detalle de un cogollo de ‘Maui’ en el cual las parejas de estigmas femeninos blancos acaban de empezar la senescencia. Puedes ver que algunos pares de estigmas están completamente oscuros. En este caso, los estigmas han sido fecundados por polen masculino. (MF)
Los estigmas de este cruce de ‘Haze’ × ‘Northern Lights 5’ × ‘Sensi Star’ están retrayéndose poco a poco, y pasarán de color blanco a marrón rojizo a medida que maduran las flores.
Cada vez más estigmas de esta ‘OG Kush’ × ‘Master Kush’ van marchitándose mientras se acerca el día de la cosecha. Observa cómo la resina se apila en los cogollos, las hojas pequeñas, las brácteas seminales y el follaje. (MF)
La mitad de los estigmas de esta ‘Purple Heart’ se han secado, y la otra mitad están frescos. Este cogollo tiene tanta resina que fijarse en las glándulas de resina podría ser el mejor indicativo del momento de cosecha. (MF)
Los estigmas de este cogollo de ‘Diesel’ siguen marchitándose y la resina continúa llenando los cogollos. Llegados a este punto, se forma más resina en las hojas pequeñas. (MF)
Las brácteas seminales de este cogollo de ‘Jack the Ripper’ continúan hinchándose aunque no contienen semillas. Las brácteas están repletas de glándulas de resina que aún brillan a la luz, aunque los estigmas ya se han secado por completo. (MF)
Todos los estigmas de este cogollo de ‘Haze’ × ‘Northern Lights 5’ × ‘Sensi Star’ se han vuelto de un rico marrón rojizo, y las glándulas están listas para la cosecha. Esta planta fue cultivada en interior. Las plantas de interior tienden a mostrar el cambio de la resina a color ámbar al mismo tiempo en las brácteas seminales y las hojas pequeñas de alrededor. (MF)
Este cogollo está perfectamente listo para la cosecha. Todas las glándulas de resina brillan a la luz, y sólo unas pocas glándulas de resina han empezado a deteriorarse.
Glándulas de resina capitadas pediceladas
El mejor momento para cosechar es cuando las glándulas de resina capitadas pediceladas han desarrollado una cabeza esférica y todavía no han entrado en senescencia. Las glándulas empiezan a degradarse, se vuelven de color ámbar y se descomponen; el contenido en cannabinoides disminuye y sigue alterándose. Inspecciona los cogollos florales de cada planta y coséchalos individualmente a medida que estén listos. Con frecuencia, los cogollos más altos están listos y se cosechan, mientras que los cogollos inferiores se dejan una o dos semanas más para que terminen de madurar. Trata las plantas de forma individualizada.
Las glándulas de resina que son dañadas debido al contacto de las manos y los zarandeos se deterioran rápidamente y cambian de color. El proceso es gradual, y las glándulas individuales de resina cambian a distinto ritmo. Por supuesto, hay excepciones, como la variedad ‘Blueberry’, que tiene glándulas de resina más oscuras, incluso moradas.
En las plantas de interior, la mayor parte de las glándulas deberían ser transparentes o translúcidas; una cantidad menor deberían estar turbias o lechosas, y muy pocas o ninguna deberían tener color. Las glándulas de resina de color ámbar indican que el oxígeno ha entrado en la glándula y el proceso de degradación ya está en marcha. Guíate por las glándulas de resina capitadas pediceladas bien formadas que estén completamente intactas y sean translúcidas.
Este cogollo de ‘Haze’ × ‘Northern Lights 5’ × ‘Sensi Star’ de exterior madura de forma algo distinta a como florece el cannabis en interior. Las hojas pequeñas que hay alrededor de las brácteas seminales tienden a mostrar oxidación antes, lo cual está demostrado por el cambio de color de transparente a ámbar. Esto es un indicativo de deterioro y pérdida de cannabinoides. (MF)
El estigma de la parte superior está secándose mientras que los estigmas de la parte inferior están frescos. A esta planta aún le quedan unos días para la cosecha.
Las glándulas de resina de las plantas al aire libre son completamente distintas. Con mucha frecuencia, buena parte de las glándulas visibles están turbias o lechosas en vez de transparentes o translúcidas, aunque una inspección posterior a la cosecha del interior de los cogollos revela que predominan las glándulas transparentes o translúcidas. Las hojas grandes de los cogollos suelen tener glándulas de resina de color amarillo o ámbar, pero las glándulas con color deberían ser una pequeña minoría en las brácteas. La presencia de glándulas amarillas o ambarinas es típico de las plantas de exterior cultivadas a pleno sol, donde la intensidad de la luz, los cambios significativos de temperatura, el mal tiempo, la tierra mojada o seca y los daños físicos afectan a las glándulas de resina.
Esta sección se centra en las glándulas de resina capitadas pediceladas. Las imágenes muestran las glándulas de resina justo antes del pico de maduración y a través de la senescencia.
La punta de esta hoja de ‘Garlic’ cubierta de resina muestra una visión clara de las glándulas de resina capitadas pediceladas. La mayoría de cannabinoides, y el THC de forma específica, se localizan en la base de la cabeza, donde la estructura bulbosa se une al tallo del tricoma (pedicelo). Puedes ver que algunas de estas glándulas de resina han empezado a volverse de color ámbar. (MF)
Esta imagen detallada muestra unas hermosas glándulas de resina en su momento óptimo de cosecha. Están completamente formadas, fuertes y sanas.
La coloración ambarina significa oxidación y senescencia de las glándulas de resina capitadas pediceladas. Cuando el interior del extremo bulboso está expuesto al oxígeno, los cannabinoides se disipan con rapidez.
Esta imagen, tomada con un microscopio electrónico de barrido, muestra las lesiones que sufren las cabezas bulbosas de las glándulas de resina capitadas pediceladas debido a la fricción, el viento o la lluvia, o por la senescencia natural: factores que reducen el contenido de cannabinoides y la potencia. Con luz natural, dichas glándulas de resina presentan el aspecto de una cabeza de color ámbar sobre un tallo transparente.
Esta bráctea seminal de ‘Skunk #1’ tiene unas glándulas de resina capitadas pediceladas que son perfectamente transparentes, y otras que han empezado a volverse de color ámbar. ¡Es hora de cosechar! (MF)
¡Lista para la cosecha! Observa las glándulas de resina de esta ‘Skunk #1’ para ver que siguen tornándose de color ámbar. (MF)
Ésta es la primera imagen de una secuencia de tres fotos de la variedad ‘Garlic’ en la que se muestran las glándulas de resina de una hoja pequeña. La primera foto muestra las glándulas de resina completamente transparentes o translúcidas. La hoja está completamente cubierta. (MF)
La segunda foto muestra que algunas glándulas de resina han empezado a volverse de color ámbar. Puede verse que las cabezas son la primera parte de la glándula que se vuelve ambarina. (MF)
La tercera foto muestra cómo las glándulas de resina siguen madurando y volviéndose de color ámbar a medida que la madurez da paso lentamente a la senescencia. (MF)
Este plano detalle de una “Mexican” de 1976 muestra que las glándulas de resina están bien adentradas en la fase de pérdida de potencia. Todas las cabezas bulbosas se han roturado y los cannabinoides se han volatilizado en el aire. Pocos cannabinoides potentes quedan ya en los restos. (MF)
Puede verse que las cabezas de las glándulas de resina están descomponiéndose en la parte superior de esta hoja, y que muchas cabezas de glándulas de resina de la parte inferior de la hoja ya han desaparecido. Esta planta ha dejado atrás su punto óptimo de cosecha.
‘Cocoa Kush’, de DJ Short, muestra glándulas de resina cortas y gruesas.
Las glándulas de resina de este cogollo floral de ‘Critical Mass’ tienen tallos largos y cabezas de resina pequeñas.
Cualidades de las variedades indica, sativa, y ruderalis
La diferencia entre las glándulas de resina es llamativa: las glándulas de resina indica o con predominancia indica tienden a tener un tallo (pedicelo) corto y piramidal con una cabeza grande y fuerte en la parte superior. Las variedades sativa o con predominancia sativa tienden a tener un tallo largo y delgado con una cabeza grande o pequeño en la parte superior. Las cabezas bulbosas que hay sobre los tallos también tienen distintos tamaños. Las glándulas bulbosas de resina grandes y pequeñas caen a través de tamices diferentes, dando lugar a distintas calidades de polvo de resina. Los tallos delgados tienden a atravesar los tamices, y generan “fibra” en el polvo de resina.
Los cogollos florales que son cosechados cuando la mayoría de glándulas de resina han entrado en senescencia proporcionan un efecto más corporal o físico por lo general. Las variedades indica y afghanica puras, y las que tienen predominancia indica, poseen un efecto tranquilizante o de pesadez corporal cuando son cosechadas en este punto tardío. Esperar a cosechar las variedades sativa puras y las que tienen predominancia sativa hasta esta fase tardía no se traduce en un aumento del contenido de cannabinoides. El mejor momento para cosechar estas variedades es cuando las glándulas de resina están maduras y son transparentes pero todavía no han entrado en senescencia.
Variedades indica y con predominancia indica
Las variedades indica puras y los cruces con predominancia indica que se cultivan en invernadero y en interior son cosechadas entre 6 y 9 semanas después de inducir la floración con un fotoperiodo de día y noche de 12 horas. Al aire libre, las plantas con predominancia indica suelen iniciar la floración cuando reciben alrededor de 13 horas de luz y 11 horas de oscuridad. La floración aumenta a medida que las noches van alargándose.
Hay cultivadores médicos que deciden cosechar los cogollos florales de 6 semanas que tienen glándulas de resina llamativas y un contenido bajo de cannabinoides. Los tiempos de floración acortados hacen que sea posible cosechar un cultivo más al año.
Variedades sativa y con predominancia sativa
Las variedades sativa puras, especialmente las variedades tailandesas y asiáticas que se cultivan desde semillas nativas, tardan más tiempo en florecer desde que se reduce el fotoperiodo a 12 horas. Las semillas traídas directamente de los trópicos pueden tardar 4 meses en terminar de florecer con 12 horas de oscuridad. Estos tipos de variedades tienden a formar cogollos a un ritmo constante a lo largo de la floración, sin un declive aparente en el ritmo de crecimiento.
Pocos jardineros de interior tienen el tiempo o la paciencia para cultivar variedades sativa puras debido a que, además del largo periodo de floración, estas plantas crecen estiradas y producen poco rendimiento. Los cogollos de la parte superior de la planta suelen alcanzar su máxima potencia mucho antes que los cogollos más bajos. Las sativa ecuatoriales de larga floración pueden requerir varias cosechas. Consulta el capítulo 8, Floración, para más información sobre las alteraciones del fotoperiodo para aumentar la producción y acortar el tiempo de floración.
Los cruces de plantas con predominancia sativa con variedades indica pueden tardar en estar listas 10 semanas o más.
Lupas y microscopios
Utiliza una lupa de aumento o un minimicroscopio para examinar las glándulas de resina capitadas pediceladas. Emplea una lente de 10 aumentos (X), una lupa de joyero o un microscopio de mano de 20 a 50X. Mi opción preferida es un microscopio de mano de 45X con luz led que funciona con pilas. Observa las glándulas de resina sin cosechar los cogollos, o toma una pequeña porción resinosa de un cogollo maduro y colócalo bajo el microscopio con un ajuste bajo de aumentos, de 30 a 50X. Si el microscopio no dispone de lámpara, será necesaria una linterna para obtener una visión sin sombras.
A veces resulta más fácil retirar un trozo pequeño de cogollo para poder ver bien su interior.
Observa las glándulas de resina en la misma planta para asegurarte de que el crecimiento progresa apropiadamente. Resulta divertido ver cómo se desarrollan con el tiempo.
‘Granddaddy Purple’ es un cruce de ‘Purple Urkle’ y ‘Big Bud’; ambos padres tienen predominancia indica.
Las variedades con predominancia indica tienden a florecer de manera distinta a las variedades con predominancia sativa. Las flores de ‘Purple Hen’, con predominancia indica, tienden a madurar al mismo tiempo si reciben la misma cantidad de luz. (MF)
Las variedades con predominancia sativa, como esta ‘Afghani #1’ × ‘Chiba Colombian 60’ × ‘African 3’ de 1980, tienden a madurar más tarde y también crecen de forma diferente. (MF)
Esta ‘Amnesia Haze’, de Hy-Pro Seeds, muestra el clásico patrón ‘Haze’ de crecimiento: cogollos pequeños que crecen en las uniones de las ramas, y las puntas de las ramas están llenas de flores.
Las variedades mejicanas son unas de las que tienen más pronunciado este tipo de crecimiento floral. (MF)
El cruce de ruderalis ‘Chaze’ tarda más en madurar y produce más que la mayoría de variedades autoflorecientes.
Variedades ruderalis y con predominancia ruderalis
Los cruces de variedades ruderalis (autoflorecientes y feminizadas autoflorecientes) son neutrales a la duración del día, y están listas para ser cosechadas en un plazo de 70 a 80 días después de que germine la semilla. Estos cruces son cosechados como las demás variedades, cuando la producción de cannabinoides alcanza su máximo.
El Cannabis ruderalis se cruza con variedades indica y sativa para producir plantas pequeñas y autoflorecientes con grandes cogollos.
Las plantas grandes al aire libre suelen ser cosechadas por etapas. Primero, se recoge una capa exterior de 60 cm de ramas llenas de cogollos florales. Dos semanas después, cuando los cogollos más pequeños han tenido oportunidad de engordar al sol, se lleva a cabo una segunda cosecha.
Las plantas delanteras de este jardín de Humboldtlocal ya han sido cosechadas en una ocasión, y seguirán siendo cosechadas una y otra vez. Los jardineros médicos que cultivan al aire libre en el norte de California cosechan las plantas dos veces, y hasta en tres o cuatro ocasiones. La planta morada de la segunda fila ha sido cosechada una vez y volverá a ser recogida en una semana o dos.
El momento de la cosecha
En interior y en invernaderos con “privación de luz”, las flores de cannabis sin semillas están maduras en un periodo de 6 a 12 semanas después de cambiar el fotoperiodo a 12 horas para provocar la floración. Las empresas de semillas incluyen el “tiempo de floración” en sus catálogos, y hay mucha información disponible en internet sobre las fechas de maduración. Al aire libre, la primera cosecha temprana está lista a finales de primavera. Los cultivos de otoño son cosechados desde finales de septiembre hasta noviembre, dependiendo de las variedades cultivadas y el clima. El mejor momento para cosechar el cannabis sinsemilla es cuando la producción de cannabinoides ha alcanzado su punto máximo pero todavía no ha comenzado el proceso de degradación. Las variedades establecidas de interior han sido criadas para que toda la planta alcance su máxima potencia al mismo tiempo. Las puntas florales más bajas que reciben menos luz no están tan escarchadas de resina como las ramas superiores, y podrían madurar más despacio. Las variedades que maduran de una vez tienden a pasar por 4 o 5 semanas de formación rápida de cogollo antes de que los niveles de crecimiento disminuyan. La cosecha se lleva a cabo entre 1 y 3 semanas después de que el crecimiento se ralentice.
Las cosechas de exterior dependen del tiempo. Unos años, las lluvias otoñales y el tiempo frío llegan tarde, y la cosecha puede ser recogida en su momento óptimo. Las plantas suelen ser cosechadas pronto los años que hay mal tiempo. Cosecha cuando deje de haber luz lo bastante intensa como para que los cogollos se desarrollen. La intensidad de la luz puede disminuir hasta llegar a un punto que el desarrollo de la resina se detenga prácticamente. Hay varios motivos para cosechar pronto, como la falta de luz, el tiempo frío y lluvioso, y las heladas nocturnas.
El tiempo frío también influye en el desarrollo de la resina. Muy a menudo, las noches con temperaturas de 5 a 10 ºC y los días frescos con sol abundante ralentizan el crecimiento del follaje y fomentan el desarrollo de la resina.
Cosecha las plantas grandes de exterior hasta 4 veces. Cosechar de 2 a 4 veces a lo largo de un plazo de 2 y 6 semanas puede aumentar el peso de la cosecha hasta en un 40%. La capa superior, de un tamaño entre 30 y 60 cm, se recoge en la primera cosecha. Los cogollos secundarios y más pequeños reciben una mayor cantidad de luz y ganan peso. Entonces, se cosecha la segunda capa de cogollos medicinales. Si se trata de una planta grande, de 3 metros, son posibles hasta 2 cosechas más en los años buenos de cultivo. Descubrimos que esta técnica funciona mejor con la variedad ‘Mr. Nice’. También puede hacerse un económico análisis de cromatografía líquida. Estas pruebas son relativamente baratas, alrededor de 10 euros, y resultan bastante precisas. Consulta el capítulo 2, Medición de cannabinoides, para más información acerca de los análisis de cromatografía líquida.
Los análisis de laboratorio, aunque son más caros, también están disponibles en muchos estados y países que cuentan con regulaciones para el cannabis médico. Muchos países han descriminalizado las cantidades pequeñas de cannabis, y éste puede ser analizado legalmente por laboratorios independientes.
Un científico de Canna mide el contenido exacto de THC de los cogollos cosechados con un cromatógrafo de gases. Canna ofrece este servicio de manera gratuita en Spannabis, en Barcelona, España. Spannabis (www.spannabis.com) es la feria del cannabis más grande del mundo.
Deja de abonar las plantas que están en contenedores antes de la cosecha.
Estas ramas llenas de cogollos serán cubiertas con una solución diluida de H2O2 para higienizarlas de los residuos de plagas y enfermedades.
Cosecha durante las primeras horas del día.
La cosecha: paso a paso
Primero: Deja de abonar entre 5 y 7 días antes de la cosecha. La acumulación de nutrientes en el follaje da sabor a fertilizante y deja residuos. Arrastra los nutrientes fuera del medio de cultivo de 7 a 10 días antes de la cosecha. Hay cultivadores que siguen abonando hasta 3 días antes de cosechar si van a usar un producto comercial de “lavado” que acelere la eliminación de los compuestos químicos acumulados en el sustrato.
Segundo: Si se ha aplicado algún tipo de pulverización durante las últimas 2 semanas (no recomendado), rocía las plantas a fondo con agua para lavar los residuos indeseables que pueden haberse acumulado en el follaje. Un baño previo de 5 minutos con una solución diluida (5%) de peróxido de hidrógeno (H2O2) desinfectará y eliminará polvo, bacterias, heces de plagas, etc. Saca las ramas del baño de H2O2 y enjuágalas suavemente con una rociada de agua. El baño de pulverización no afectará a la producción de resina. Sacude los cogollos con suavidad después del aclarado para eliminar el agua acumulada. Para prevenir las infecciones de hongos y el tizón del cogollo, quita las hojas grandes y lava el jardín al comienzo del día para permitir que se seque el exceso de agua antes de que caiga la noche. Si hay moho (botritis) visible, retira con cuidado los cogollos infectados hasta 2 cm por debajo de la zona dañada. Saca del jardín la materia vegetal contaminada y destrúyela. Lávate las manos. Introduce las ramas “amputadas” en un baño de H2O2.
Tercero: Puede que quieras darle a las plantas un periodo de 24 a 48 horas de oscuridad total antes de la cosecha. Hay cultivadores que hacen esto y dicen que, después, los cogollos están un poco más resinosos.
Cuarto: Cosecha por la mañana temprano, antes de que la luz directa del sol caliente las plantas. Es entonces cuando el contenido de cannabinoides está en su punto máximo. Recolecta la planta entera o por ramas, realizando los cortes cerca de la base con una podadora. Arrancar el cepellón resulta innecesario y lo ensucia todo. Los cannabinoides se producen en el follaje en su totalidad, no en las raíces de las plantas de cannabis.
Quinto: Una vez formada, la resina no se mueve, así que no puede “fluir hacia el follaje”. Sin embargo, secar la planta entera colgándola boca abajo resulta conveniente. Si los tallos se dejan intactos, el secado es mucho más lento.
Sexto: Para cosechar las ramas o plantas enteras:
a. Retira las hojas grandes 1 o 2 días antes de cosechar las plantas. O elimina las hojas durante la cosecha. Eliminar previamente las hojas grandes sirve de inicio al proceso de secado, evita que estén por medio, y hace que la manicura sea más fácil y rápida.
b. Cosecha las plantas enteras cortándolas por la base antes de manicurarlas.
c. O corta cada rama en trozos de 15 a 60 cm. Manicura las puntas recién cosechadas, eliminando las hojas con una podadora o con tijeras. Cuelga las ramas manicuradas y deja que se sequen. Una vez secas, corta las puntas de las ramas, teniendo especial cuidado de tocar lo menos posible los cogollos florales tiernos.
d. O deja las hojas grandes en las ramas para que actúen como un envoltorio y protejan los racimos florales. De esta forma, las frágiles glándulas de resina están protegidas de roces y roturas hasta la manicura final, pero la manicura resulta mucho más lenta y tediosa cuando el follaje está seco. Las glándulas de resina también se dañan con más facilidad y tienden a caerse del follaje seco durante su manipulación.
Cosecha con una podadora o con una sierra. En función de cómo maduren los cogollos, puede que quieras cosechar la planta entera de una vez, o prefieras cosechar los cogollos de forma individualizada a medida que van estando en su punto. Las plantas con predominancia indica suelen cosecharse de una vez.
Cortar las plantas pequeñas por el tallo es la manera más sencilla de cosechar. Esta planta mide alrededor de 1 metro de altura y es fácil de manejar. Siempre hago el corte justo por debajo del nivel del suelo para que todas las ramas estén unidas al tallo.
A continuación, recorta las ramas de la base. Yo descarto la vegetación atrofiada de la base y la tiro con las hojas grandes.
Estas ramas llenas de racimos florales han sido manicuradas ligeramente antes de ser colgadas en perchas para su secado en un armario oscuro y bien ventilado.
Las plantas pueden ser cosechadas por ramas, o de cogollo en cogollo. El tallo principal de la planta permanece en el suelo, y las hojas grandes se dejan en el jardín. El tallo y las hojas son incorporados a la tierra para beneficiar el cultivo siguiente.
Resulta mucho más fácil eliminar las hojas grandes y las hojas pequeñas de alrededor de los cogollos después de cosechar, cuando el follaje todavía es flexible.
Corta las plantas pequeñas por su base para cosecharlas.
Secar ramas llenas de cogollos antes de manicurarlas provoca que muchas glándulas de resina sean dañadas.
Manicura
La manicura es más sencilla cuando el follaje está blando y flexible, inmediatamente después de la cosecha. Mantener el cuarto de manicura con un nivel de humedad del 45 al 50% favorecerá que los cogollos se mantengan flexibles durante más tiempo. Recortar las hojas en este momento, además, hará que el secado sea más rápido. Esperar a que el follaje esté seco hará que el trabajo de manicurar los cogollos sea más largo y tedioso de lo que ya es de por sí. Y eliminar las hojas ahora también evitará tener que manipular otra vez los cogollos secos. No obstante, hay jardineros que prefieren invertir el tiempo y la energía extras, aludiendo a un proceso de secado más lento y uniforme.
La manicura resulta más fácil y eficiente con un buen par de tijeras que tengan hojas pequeñas para facilitar el acceso y corte de los peciolos y las hojas que rodean los racimos florales. Un par de tijeras ergonómicas con asas cómodas es indispensable cuando se manicura cannabis durante horas. Las tijeras pequeñas son preferibles porque requieren mucho menos movimiento y energía para funcionar. Haz la manicura sobre una malla fina (véase el capítulo 26, Concentrados y tinturas medicinales) o sobre una superficie lisa y suave. Raspa la resina rica en cannabinoides que haya caído debajo de la malla o sobre la superficie lisa. La resina puede ser consumida en el momento, o prensarse en piezas de hachís para una conservación práctica y sencilla.
Utiliza guantes de goma económicos para recoger la resina de los dedos. Tras manicurar durante unas horas, retira la resina de los guantes dejando los guantes de goma en un congelador durante una hora. El frío hará que sea más fácil retirar la resina acumulada en los guantes.
Planifica el tiempo que vas a necesitar para cosechar y manicurar tu cosecha. Una persona tarda entre 6 y 8 horas en manicurar a mano, con tijeras, medio kilo de forma adecuada.
Las máquinas peladoras aceleran el proceso de manicura. Existen muchos modelos distintos para elegir. Las peladoras pequeñas de funcionamiento manual cuestan menos de 300 euros, y funcionan bien para cosechas pequeñas. Las máquinas grandes que pueden recortar de 1,5 a 2 kilos de cogollos florales por hora cuestan 10.000 euros o más. Una máquina puede hacer el trabajo que realizan entre 6 y 10 pares de manos con tijeras. Por supuesto, 1 o 2 personas tienen que ir poniendo los cogollos sin recortar en la peladora, y los cogollos han de ser trasladados después a otra habitación.
Puedes encontrar vídeos informativos en YouTube acerca de las siguientes peladoras: Big Red Trimmer, Bonsai Buddy, Magic Trimmer, Rolling Thunder Trimmer, Samurai Power Trimmer, Trimbox, Trim Reaper, Trimpro Automatic, Tumble Trimmer y, mi favorita, la Twister. No obstante, los vídeos carecen del nivel de detalle necesario para poder apreciar en qué estado quedan los cogollos después de ser recortados.
Las tijeras de manicura están disponibles en un par de formas básicas. Muchos manicuradores prefieren las tijeras pequeñas y compactas, que requieren poco movimiento de la mano. (MF)
Elimina las hojas y los tallos grandes al cosechar. Es más fácil trabajar con las hojas frescas y flexibles que cuando ya están secas. Quita la hoja ancha grande y los tallos de las hojas (peciolos) para evitar una posible pudrición. Las plantas que se dejan con las hojas externas intactas tardan más en secarse, y su manicura requiere mucho más tiempo.
Unos guantes económicos de goma hacen que la resina se quede en los guantes en vez de pegarse a las manos. Más tarde, la resina puede ser retirada de los guantes para obtener “hachís de manicura”.
Algunos jardineros mojan los suelos de cemento, o emplean humidificadores y refrigeradores por evaporación de bajo coste. En climas fríos y lluviosos, los cultivadores tienen que ventilar adecuadamente y, posiblemente, utilizar calefactores. El uso de un deshumidificador en un cuarto grande de secado suele no ser práctico.
Quita las hojas pequeñas y de poca potencia que están alrededor de los cogollos y dejan ver poca resina, de forma que quede un hermoso racimo floral rico en cannabinoides.
Las tijeras pequeñas hacen que resulte más fácil entrar en los cogollos densos al manicurar.
La resina puede acumularse mucho en las tijeras.
Cuando se congela la resina, es más fácil retirarla de las tijeras.
Retira la resina acumulada en las tijeras cuando impida el movimiento de las hojas. Utiliza un cuchillo pequeño para quitar la resina de los filos. Une las pequeñas porciones de resina prensándolas entre los dedos. La bola de hachís aumentará de tamaño a medida que progrese la manicura.
Una humedad relativa cercana al 50% hace que las hojas se mantengan flexibles durante la manicura.
Después de pasar por la máquina peladora, los cogollos son retocados y terminados de manicurar a mano. La manicura manual elimina los bordes toscos. Estos manicuradores trabajan sobre platos lisos de papel. Raspa las glándulas de resina que caen en la mesa o debajo de la malla.
Esta peladora SpinPro tiene una cuchilla que gira debajo de una rejilla de acero. Los cogollos van poniéndose encima de la rejilla y se mueven con tiras flexibles de plástico.
Los cogollos están recortados tras unas cuantas vueltas sobre la rejilla del SpinPro. Una vez pelados, los cogollos son retirados y se echa un nuevo lote.
Esta peladora TrimPro consiste en una cuchilla giratoria bajo una rejilla protectora de acero. Los cogollos se mueven a mano por la rejilla. La cuchilla recorta el follaje que sobresale por debajo de la rejilla.
La peladora Twister es una máquina de gama alta. Los cogollos son introducidos en una tolva, y pasan a través de un cilindro que tiene una superficie de corte debajo. En la imagen, pueden verse los cogollos recortados al salir del cilindro.
Una vez recortados en la peladora Twister, los cogollos florales caen en un contenedor para ser terminados de manicurar a mano.
Utiliza guantes de látex ajustados al manicurar. Quítate los guantes después de manicurar para recoger la resina acumulada.
Secado
Cuando se corta una rama o la planta entera y se cuelga para secarla, el transporte de fluidos continúa en el interior de la planta, pero a un ritmo mucho más lento. Los estomas se cierran poco después de la cosecha, y el secado se ralentiza ya que escapa poco vapor de agua. Los procesos naturales de la planta van acercándose lentamente a su fin a medida que la planta se seca. Las células externas son las primeras en secarse, pero el fluido aún continúa moviéndose desde las células internas para proporcionarles humedad. Cuando el proceso de secado y curado tiene lugar de forma apropiada, las plantas se secan de manera uniforme en toda su extensión. Eliminar hojas y tallos grandes durante la cosecha acelera el secado; sin embargo, el contenido de humedad que hay en el interior de los cogollos florales, las hojas y los tallos “secos” puede ser irregular. Si los cogollos se secan demasiado deprisa, la clorofila y otros pigmentos, el almidón y los nitratos u otras sales fertilizantes quedan atrapados en los tejidos de la planta, haciendo que tengan una mala combustión y un desagradable sabor a “verde”.
El olor a amoniaco en el cannabis que está secándose indica una falta de circulación de aire, presencia de bacterias anaeróbicas y un exceso de nitrógeno en el follaje. Evita la formación de amoniaco manteniendo bien aireados los cogollos de cannabis y el follaje durante el secado.
El secado facilita el almacenamiento para un uso posterior. El secado convierte el 75% o más de una planta recién cosechada en vapor de agua y otros gases, y transforma los hidratos de carbono en azúcares simples. El secado también degrada la clorofila y otros pigmentos, eliminando los residuos “verdes”.
Manicurar las ramas cargadas de cogollos y colgarlas individualmente permite que se sequen durante más tiempo. Toda la humedad del tallo también debe desaparecer.
Durante el secado, el almidón se transforma en azúcares reductores*. A medida que el almidón se degrada, la concentración de azúcar reductor aumenta y alcanza su nivel máximo durante los primeros días de secado. Después de esto, la transpiración se ralentiza, lo cual oxida los azúcares reductores, convirtiéndolos en dióxido de carbono y agua. El almidón almacenado se descompone en azúcares simples, que son utilizados como alimento. Esto imparte un aroma y un sabor dulce y terroso. *Ver una definición completa de los “azúcares reductores” aquí.
La degradación de la clorofila se hace evidente a medida que la coloración verde palidece y cambia a tonos amarillos, marrones, rojos y morados. Aunque la degradación del almidón y de la clorofila son procesos independientes, tienen lugar al mismo ritmo más o menos. El sabor a verde mentolado del cannabis también se disipa con la degradación de la clorofila.
Cuando las plantas se secan despacio, entre 5 y 14 días, la humedad se evapora en el aire de manera homogénea, produciendo cogollos uniformemente secos con una descomposición mínima de cannabinoides. Los cogollos secados lentamente retienen los terpenos y los cannabinoides, proporcionando todos los beneficios medicinales a los usuarios médicos. Un secado lento y uniforme, durante el cual la humedad queda repartida por los tallos, el follaje y los cogollos, permite que haya tiempo suficiente para que se degraden los pigmentos. Tras un periodo de 5 a 14 días de secado lento, toda la clorofila ha desaparecido de los cogollos “secos”. Colgar las plantas enteras para secarlas, aunque resulte más laborioso, posibilita que este proceso transcurra más despacio.
Secar las plantas enteras concede un tiempo añadido para que este proceso tenga lugar.
Los extractores y ventiladores ayudan a controlar el calor y la humedad, manteniéndolos en niveles adecuados. También puedes utilizar un deshumidificador para controlar la humedad. Los aparatos de aire acondicionado son ideales para ajustar la temperatura y la humedad en climas cálidos, pero su funcionamiento es costoso para el medio ambiente. Los grandes espacios de secado pueden requerir calefacción para elevar la temperatura y reducir la humedad. No dirijas los ventiladores directamente hacia las plantas; provoca que se sequen de manera irregular.
Las temperaturas superiores a 24 ºC pueden hacer que los cogollos se sequen demasiado pronto, y la humedad puede bajar del 50% ideal con más facilidad. Las temperaturas por encima de 29 ºC hacen que los cogollos se sequen demasiado rápido, tras lo cual arden de manera inconsistente y su consumo resulta desagradable. Las temperaturas altas también acaban con la fragancia. Una humedad relativa inferior al 30-40% provoca que los cogollos se sequen excesivamente deprisa y retengan clorofila, dándoles sabor a “verde”. Es fácil equivocarse cuando los cogollos se secan con rapidez, y secarlos durante demasiado tiempo y de manera irregular, haciendo que estén quebradizos por fuera y húmedos por dentro. La falta de humedad también provoca que los cogollos pierdan olor y sabor. Si la humedad está entre el 30 y el 40%, reduce el movimiento del aire al mínimo para retardar el secado. Utiliza siempre un termómetro y un higrómetro que definan con precisión las mínimas y las máximas para asegurar que la temperatura y la humedad se mantengan en su rango ideal.
Para determinar el contenido aproximado de humedad de los cogollos secos, pesa un cogollo concreto al cosechar, cuando está fresco. Pésalo de nuevo durante el proceso de secado y curado para observar cuánta humedad pierde. Por ejemplo, un cogollo que pesa 15 gramos al ser cosechado, pesará 4 gramos cuando haya perdido un 75% de humedad.
Pesa un cogollo al cosechar. Este cogollo recién cosechado pesa 15 gramos.
Una vez seco, el mismo cogollo de la imagen anterior pesa 4 gramos, un 75% menos.
Suspender las plantas es una forma que ahorra trabajo y facilita un secado lento y uniforme. Los tallos grandes y llenos de agua pueden ser retirados, y las ramas pequeñas pueden colgarse del techo para acortar el tiempo de secado en unos pocos días. Utiliza pinzas de tender la ropa para sujetar las ramas a las cuerdas de secado, o atraviesa la base de las ramas con un clip para papel y cuelga el clip de la cuerda. Otra opción es recortar las ramas para que formen un gancho y colgarlas por el “gancho”.
Puedes utilizar el cuarto de cultivo como secadero si no estás cultivando en él. No seques plantas en el mismo espacio donde estás cultivando otras. Las condiciones climáticas que se requieren para cultivar cannabis medicinal son diferentes de las necesarias para su secado. Además, los hongos, los ácaros y otros insectos pueden migrar de las plantas muertas a las vivas. Inspecciona diariamente los cogollos que están en proceso de secado para detectar cualquier síntoma de enfermedades, ácaros o insectos. Aplica Tanglefoot alrededor de los extremos de las líneas de secado para formar una barrera que evite que los ácaros lleguen a las plantas vivas. Los ácaros se congregan en la barrera y son fáciles de aplastar entre los dedos.
La temperatura ideal del aire para un secado lento está entre 16 y 21 ºC, y la humedad ideal va del 45 al 55%. Las temperaturas inferiores a 16 ºC ralentizan el secado, y la humedad suele aumentar rápidamente. Una humedad superior al 80% alarga el tiempo de secado y hace que aumente el riesgo de que aparezca moho en los cogollos.
Las cosechas pequeñas, como esta planta de ‘Sensi Star’, se manicuran antes de colgarlas para su secado.
Estas ramas llenas de cogollos fueron separadas y manicuradas individualmente antes de ser colgadas para su secado.
Secado de cosechas pequeñas
Las cosechas pequeñas pueden secarse fácilmente en un armario, una alacena o una caja de cartón de menos tamaño que el espacio de cultivo. Si el lugar de secado constituye un problema, plantar por etapas o cultivar al mismo tiempo variedades de maduración temprana y de maduración lenta propicia una cosecha escalonada que va dejando espacio libre de secado a medida que se secan los cogollos.
Las cajas de cartón o de madera constituyen un excelente espacio de secado para colgar cosechas pequeñas. El flujo de aire disminuye en los espacios encerrados, por lo que debe darse la vuelta diariamente tanto a las hojas como a los cogollos para equilibrar el contenido de humedad y prevenir la aparición de moho. Enhebra una aguja grande con hilo dental y pasa el hilo de un lado a otro de la caja de cartón, cerca del borde, para tender líneas de secado. Si la caja es lo suficientemente alta, puedes crear varios niveles de líneas de secado.
El follaje excesivo de esta planta ha sido manicurado. Resulta dificultoso recortar una planta entera manteniendo intactas las ramas.
Esta hermosa cosecha de ‘Power Plant’ fue manicurada y puesta a secar en perchas dentro de un armario bien ventilado.
Cierra la caja y déjala en un armario o en una habitación desocupada. Abre las solapas de la caja para permitir la circulación de aire según sea necesario. O abre agujeros tanto en la parte inferior como en la superior de la caja para permitir el intercambio de aire y su circulación. Comprueba diariamente cómo marcha el secado. Si las hojas y los cogollos están secándose demasiado deprisa, abre la caja y sitúala en un lugar más fresco.
Utiliza un tendedero plegable para disponer rápidamente de un secadero portátil. Abre el tendedero, cuelga los cogollos y cúbrelo todo con una sábana oscura o una tela grande. La pieza de tela permite el intercambio de aire al tiempo que mantiene la oscuridad. Dirige un ventilador hacia la parte de fuera de la tela, de manera que el aire circule por debajo y contribuya a secar los racimos florales.
Plantas marroquíes secándose al sol sobre el suelo caliente. Esta práctica degrada la resina.
Las bolsas de rejilla compartimentadas son baratas, sencillas de colgar para formar torres de secado, y apilables para facilitar su almacenamiento. ¡Estas torres de secado son perfectas!
Con el fin de disipar el grueso de la humedad, cuelga los cogollos manicurados durante un día o dos antes de ponerlos en mallas de secado. Una vez que los cogollos estén sobre las mallas, deberían ser volteados diariamente para asegurar un secado uniforme.
Construir un secadero pequeño es tan sencillo como unir unos tableros de madera formando ángulos rectos y colgar líneas de secado a través de la estructura. O puedes hacer “paredes” de plástico Visqueen negro fijándolas al techo y al suelo con cinta adhesiva.
Los cogollos manicurados también pueden ser puestos a secar en cajas. Mueve los racimos florales diariamente para que vaya cambiando la superficie que está expuesta al aire. El secado podría ser más lento porque el flujo de aire es reducido. Forra las cajas con papel o cartón para poder recoger las glándulas de resina que caigan al fondo. O sella las grietas con cinta adhesiva para contener las glándulas de resina de cara a su posterior recolección.
Secado de cosechas grandes
Escalona las grandes cosechas de las plantas de 3 a 4,5 metros mediante la recolección de los 60-90 cm superiores de la planta. Los cogollos situados más abajo quedarán expuestos a la luz y seguirán creciendo e hinchándose. Cosecha de nuevo en un par de semanas (siempre que el tiempo lo permita), cortando los siguientes 60-90 cm de las ramas superiores. La mayoría de variedades pueden ser cosechadas 2 o 3 veces a lo largo de un periodo de 4 a 6 semanas.
Nota: Los jardineros del norte de California prefieren quedarse los últimos racimos florales cosechados para uso personal como medicina.
El secado de una cosecha grande requiere un espacio amplio, fresco y oscuro con buena corriente de aire. No coseches más cannabis del que puede ser acomodado en el espacio de secado disponible. Escalona la cosecha para que haya suficiente espacio de secado. En Suiza, unos amigos se vieron obligados a comprar un edificio industrial de 4 plantas para poder secar varios acres de cannabis. Otros jardineros cogidos por sorpresa montan rápidamente tiendas de campaña o levantan construcciones temporales para utilizarlos como secaderos. Los espacios grandes, como habitaciones, graneros y cobertizos, también se usan para este fin.
Corta las plantas por la base o saca las plantas enteras del suelo. Elimina las hojas grandes y cuelga las plantas cosechadas a lo largo de líneas de secado. Corta ramas de 30 a 100 cm. Manicura cada rama y cuélgalas de las cuerdas para completar el proceso de secado.
Puedes ahorrar espacio mediante la fabricación o adquisición de estantes de secado para cogollos. Construye los estantes de secado con malla para ventanas o red de plástico para agricultura. Estira la malla o la red sobre un marco de madera y fíjala con grapas. Coloca separadores de entre 8 y 15 cm para permitir que el aire circule por los distintos pisos. O construye una caja de secado con mallas que se puedan poner y quitar.
Tiempo de secado
Comprobaciones para un secado correcto
• Temperatura 15–21 °C.
• Humedad 45–55%.
• Secar con un mínimo de luz o sin luz.
• Manipular los cogollos lo mínimo posible.
• Mantener colgados los cogollos hasta que estén secos.
• Las condiciones exactas pueden variar; utiliza los parámetros siguientes a modo de guía.
El tiempo de secado depende de la temperatura, la humedad y la densidad del cogollo. La mayoría de los racimos florales estarán lo suficientemente secos para comenzar el proceso de curado en un plazo de 3 a 5 días, pero pueden tardar más. La clorofila –el compuesto que da el sabor a “verde”- tarda hasta 2 semanas en disiparse del follaje. Los racimos florales densos, grandes y gruesos pueden tardar en secarse 3 o 4 días más que los cogollos de menos tamaño. Presiona suavemente los cogollos tras unos días de secado para comprobar el contenido de humedad. Dobla los tallos para ver si están secos. Si el tallo se quiebra, en vez de plegarse, está listo para su curación.
La cosecha no está seca si los tallos no se parten al ser doblados.
La cosecha está seca o casi seca si los tallos se rompen al ser doblados.
Comprueba el grado de sequedad doblando un tallo. El tallo debería partirse, en vez de plegarse, al ser doblado. El cogollo debería estar seco al tacto, pero no quebradizo. El cogollo debería arder lo bastante bien como para poder ser fumado cuando está seco.
La luz –especialmente los rayos ultravioleta (UV) de la luz natural-, el calor y la fricción aceleran la biodegradación de las glándulas de resina y los cannabinoides. No dejes el cannabis seco en salpicaderos recalentados de coches, y mantenlo alejado de las salidas de aire caliente y similares. La fricción y una manipulación tosca pueden dañar y roturar las glándulas de resina. Incluso con un secado y un curado apropiados, manipular de forma ruda el cannabis cosechado hará que disminuya el contenido de cannabinoides.
Secado rápido
A continuación se incluyen 6 maneras de secar cogollos florales rápidamente. Recuerda que los cogollos que son secados deprisa tienen una combustión muy caliente, resultan ásperos al paladar y pueden tener sabor a “verde” cuando son vaporizados.
Primera: Manicura los cogollos en fresco y elimina todos los tallos y las hojas que no contengan resina visible. Extiéndelos bien sobre papel de aluminio o envuélvelos en papel, o mételos en sobres.
Sitúa el envoltorio o el sobre donde reciba el calor de un frigorífico, radiador, televisor, etc. Dependiendo del nivel de calor, los cogollos estarán secos unas horas después o al día siguiente. Los cogollos estarán un poco crujientes una vez secos, pero puede que contengan humedad en su interior. Colócalos en un recipiente hermético hasta que “suden”. Envuélvelos de nuevo en papel y sécalos hasta que se deshidraten lo suficiente para arder bien.
Segunda: Corta los cogollos y/o las hojas en fresco. Extiéndelos en un trozo de papel de aluminio de 30 cm. Cuélgalo o déjalo sobre una bombilla incandescente de 60 o 100 vatios. Remueve el contenido cada 15-30 segundos. El material estará lo suficiente seco como para ser fumado en unos minutos.
Tercera: Coloca cogollos troceados y/o follaje sobre papel de hornear y hornéalos a 65 ºC durante 10-15 minutos. Comprueba la marcha del proceso con regularidad y remueve si es necesario hasta que la materia vegetal esté seca. No subas la temperatura por encima de 90 ºC o los cannabinoides se vaporizarán en el aire.
Cuarta: Pon los cogollos y/o las hojas troceados en un plato de papel dentro de un horno microondas. Enciende el microondas a media potencia durante periodos de 15 a 30 segundos. Repite el proceso hasta que la materia vegetal esté seca, y remueve si hace falta.
Quinta: Seca los cogollos en un deshidratador de alimentos durante un periodo de 24 a 48 horas. Los deshidratadores de alimentos se componen de una serie de rejillas apilables. Esparce los cogollos y las hojas en las rejillas, montando una sobre otra. Un ventilador envía el aire hacia arriba suavemente con una temperatura controlada, y seca rápidamente el cannabis.
Sexta: Corta los cogollos y/o el follaje en trozos pequeños y ponlos en un recipiente de vidrio con tapa hermética. Introduce varias bolsitas secantes de gel de sílice (como las que se incluyen con los aparatos electrónicos y cámaras) en el envase de vidrio y ciérralo. La humedad será absorbida por el gel de sílice en pocas horas. Retira los paquetitos y sécalos usando una fuente de calor seco. Reutiliza el gel de sílice hasta que el cannabis esté lo suficientemente seco para poder ser consumido. Puedes encontrar los paquetes de gel de sílice en tiendas de repuestos para automóviles o de electrónica.
“Secado” al agua: paso a paso
El agua puede servir para eliminar el exceso de clorofila, las sales y las impurezas del cannabis cosechado. El cannabis que se importa de Paraguay, distintas partes de África y Méjico suele sumergirse en un baño de agua para eliminar tierra, clorofila y demás contaminantes, pero los jardineros caseros casi nunca usan este método de curado. Las ramas se sumergen en agua, la cual se cambia diariamente durante varios días. La materia vegetal soluble indeseada se disuelve en el agua y, después de un periodo de 4 a 6 días, ha desaparecido casi por completo. Tras el curado al agua, los cogollos manicurados de las ramas se sacuden ligeramente para eliminar agua antes de colgarlos para que se sequen.
Cuando están completa y uniformemente secos, los cogollos tienen una fumada suave y una combustión equilibrada. Los cogollos secados al agua son un 30% más pequeños aproximadamente, pero los cannabinoides están intactos y más concentrados que en los cogollos secados al aire. El color apagado, la falta de fragancia y el aspecto general deslucido del cannabis curado al agua se traduce en un bajo “atractivo de bolsa”, un término popular en los dispensarios de cannabis médico. Sin embargo, mediante este método, se eliminan las sales aunque las plantas hayan sido fertilizadas hasta la cosecha.
Nota: Ten mucho cuidado al manejar los cogollos dentro del agua. La resina no es soluble en agua pero, cuando las ramas son zarandeadas de forma indiscriminada, las glándulas de resina pueden caer al agua. Trata con suavidad los cogollos tiernos.
Primero: Corta las ramas de las plantas y elimina las hojas grandes incluyendo los tallos de las hojas (peciolos). Las hojas pequeñas suelen dejarse intactas alrededor de los cogollos.
Segundo: Deposita con cuidado las ramas llenas de cogollos en un contenedor con agua destilada o de ósmosis inversa (OI). Mantén la temperatura entre 16 y 21 ºC. Puede que sea necesario empujar suavemente las ramas hacia abajo con las manos o con un objeto de peso para que se mantengan sumergidas por completo.
Tercero: Desecha el agua contaminada de sales y clorofila y cámbiala diariamente. La clorofila, las sales y los contaminantes son absorbidos fuera de la planta mediante ósmosis (véase el capítulo 20, Agua). El agua debe cambiarse a diario; el agua vieja está llena de contaminantes.
Seca los cogollos en un deshidratador de alimentos durante un periodo de 24 a 48 horas. Los deshidratadores de alimentos se componen de una serie de rejillas apilables. Esparce los cogollos y las hojas en las rejillas, montando una sobre otra. Un ventilador envía el aire hacia arriba suavemente con una temperatura controlada, y seca rápidamente el cannabis.
Cuarto: Pasados entre 4 y 7 días, saca las ramas del agua, sacude el exceso de agua con cuidado, y cuélgalas para que se sequen. Utiliza un ventilador para asegurarte de que el agua restante se evapora y desaparece de los cogollos. Manicura las hojas pequeñas cuando todavía estén blandas y flexibles.
Quinto: Cuelga las ramas manicuradas llenas de cogollos para se sequen (véase “Secado de cosechas pequeñas” antes en este capítulo).
“Secado” con hielo seco: paso a paso
El hielo seco preserva los cannabinoides y la frescura, y provoca muy poca degradación en las glándulas de resina a causa del calor, la luz y el aire. Cuando es fumado o vaporizado, el cannabis curado al hielo seco tiene un sabor mentolado ya que la clorofila no se descompone. Este método de curado resulta caro y laborioso.
El hielo seco es dióxido de carbono congelado. Cuando se calienta, el CO2 cambia de estado sólido a gaseoso sin pasar por el estado líquido. Cuando el cannabis húmedo es guardado con hielo seco, se produce una humedad relativa muy baja y las moléculas de agua migran del cannabis al hielo seco. Esto hace que aumente la humedad relativa del CO2 y que disminuya el contenido de humedad del cannabis. Este proceso ocurre por debajo de 0 ºC, y preserva las cualidades del cannabis. El hielo seco es caro, y la mejor opción consiste en emplear este método para secar cantidades pequeñas de cogollos florales.
Primero: Introduce 30 gr de hielo seco y 30 gr de cogollos secos al 75% en un recipiente de 4 litros. Pon el hielo seco en el fondo y los cogollos encima.
Segundo: Abre algunos agujeros pequeños (6 mm) en la tapa del contenedor para que salga el exceso de gas. Sella la tapa del contenedor.
Tercero: Deshiela el congelador. Utiliza el ajuste más frío del congelador. Pon el contenedor entero dentro del congelador. Comprueba la evolución del proceso cada 12-24 horas.
Cuarto: Cuando el hielo seco haya desaparecido, los cogollos deberían estar completamente secos. Si no están secos, añade más hielo seco hasta que el cannabis esté listo. Puedes conservar el hielo seco mediante el secado parcial de los cogollos durante unos días antes de ponerlos con el hielo seco.
Los botes de envasado sirven de forma excelente para la conservación de estos cogollos florales secos de ‘Black Shaman’. El rígido vidrio evita que los cogollos sufran daños. Guarda siempre los botes en un lugar fresco y seco para evitar el calor y la luz del sol.
Curado
La curación tras el secado ayuda a eliminar los restos de clorofila y otros pigmentos, las sales de fertilizante latentes y demás elementos indeseables que se hayan acumulado en los racimos florales, las hojas y los tallos. Si los cogollos florales se secan demasiado rápido, retienen más clorofila y tienen sabor a “verde”. Cuando son vaporizados o fumados, este material resulta áspero al paladar y suele tener una combustión muy caliente. La clorofila, las sales, etc., pueden eliminarse con aire, agua y aire, y con hielo seco (CO2).
El curado no es esencial; de hecho, muchos pacientes médicos prefieren el sabor del cannabis sin curar, que suele ser mentolado.
Después de que las plantas, las ramas o los cogollos se hayan secado en mallas o colgando en secaderos durante un periodo de cinco a siete días y parecen estar secos, aún contienen humedad en su interior. Esta humedad afecta al sabor, a la fragancia y al contenido de cannabinoides (potencia). El curado elimina este exceso de humedad y todo lo que contiene. El curado hace que el cogollo se seque uniformemente y resulte agradable de consumir, y preserva los cannabinoides y los terpenos naturales.
Luz, aire y agua es todo lo que necesitan las bacterias aeróbicas para empezar a consumir clorofila, sales y demás. Cuando las bacterias consumen todo el alimento disponible y se disipa el oxígeno, mueren. Esta acción hace que se liberen hidratos de carbono, clorofila u otros contaminantes. Los racimos florales de cannabis que han sido secados y curados de manera adecuada tienen una combustión uniforme y un sabor rico y suave. El vibrante color verde se desvanece cuando la clorofila se disipa, y los tonos rojizos se vuelven más prominentes.
El curado de los cogollos florales secos de cannabis puede hacerse en bolsas para hornear.
La primera semana de curación afecta a la potencia eliminando de manera uniforme la humedad del interior del follaje; esto hace que queden pocas impurezas –pigmentos, sales y contaminantes que afectan al sabor y a la fragancia- en el follaje y los racimos florales secos. El curado también permite que el cannabis se seque de forma que no aparezca moho durante su conservación. Los cogollos florales bien curados están blandos y son flexibles, pero están secos por dentro. Los racimos florales deberían sentirse secos al tacto, y sólo el follaje seco y flexible sostiene la resina sobre los tallos. Al ser fumados, deberían tener una combustión uniforme y entrar en el cuerpo con suavidad. Al ser vaporizados, no debería notarse ningún sabor a “verde”.
Curado al aire: paso a paso
Primero: Retira los cogollos florales de las ramas y guárdalos en un contenedor hermético. Algunas bolsas de plástico pueden dar un olor metálico o a plástico. Las bolsas para hornear transparentes u opacas que se usan para un almacenamiento a largo plazo sí son herméticas. Prefiero las bolsas Black Magic con barrera antiolor porque son negras, duraderas y herméticas. También hay bolsas que reflejan el calor y son herméticas (cuando están selladas adecuadamente); su resistencia a los rayos infrarrojos las protege del calor.
Segundo: Anota la fecha actual en cada contenedor de curado.
Tercero: Embala con cuidado todos los cogollos que puedas en el contenedor, pero sin forzarlos y evitando que se dañen. Deja los contendores en un sitio oscuro, fresco y seco.
Cuarto: Una vez que los cogollos están dentro del contenedor hermético, la humedad del interior de los racimos florales se traslada a las partes secas de los tallos y el follaje. Revisa los cogollos entre 2 y 4 horas después para ver si tienen un tacto diferente. Aprieta suavemente un par de cogollos para sentir al tacto si están más húmedos que antes. Ten cuidado al presionar; las glándulas de resina se dañan fácilmente.
Quinto: Abre el contenedor de secado 2 o 3 veces al día durante los primeros 7 días para que se disipe la humedad. Olfatea el interior del contenedor justo al abrirlo. La fragancia debería ser dulce y un poco húmeda. Cierra el contenedor rápidamente. Si es necesario, saca los cogollos durante unos momentos para inspeccionarlos en busca de moho o enfermedades.
Sexto: Una vez transcurrida la primera semana, abre los contenedores una o dos veces por semana para olfatearlos brevemente. No los abras demasiadas veces o el proceso lento de curación podría no tener lugar.
Séptimo: Algunos jardineros curan los racimos florales lentamente, durante 6 meses o más. Sin embargo, después de 2 o 3 semanas, ya deberían estar completamente curados y mantenerse frescos, firmes y flexibles. Los cogollos florales pueden almacenarse en contenedores sellados. Una vez curado, mantén los cogollos florales de cannabis medicinal en un contenedor hermético. Abre el contenedor de forma periódica para dejar que escape la humedad que puede haberse condensado. O puedes mantener sellado el contenedor y almacenarlo en un sitio fresco, seco y oscuro. Los cogollos deberían conservarse bien durante 2 años o más, aunque la mayoría suelen ser consumidos antes.
Envasado y conservación
Almacenar el cannabis seco en un entorno hermético o similar ayudará a preservar el aroma, el sabor y la potencia. Una exposición excesiva al oxígeno altera el perfil de cannabinoides y el efecto medicinal. El cannabis seco se oxida cuando está expuesto al oxígeno del aire. La oxidación descompone las moléculas de THC, convirtiéndolo en cannabinol (CBN). Se utiliza el sellado al vacío para evacuar el aire de los envases de vidrio. Este tipo de mecanismos están disponibles en la sección de alimentación y menaje de los grandes almacenes y no resultan caros. Sin embargo, hay cultivadores que afirman que los contenedores sellados al vacío con dispositivos baratos pierden el vacío después de unos días.
El uso de bolsas de plástico para envasar y conservar cannabis está muy extendido. Cuando se usan como contenedores, las bolsas preservan mejor el cannabis si se manipulan muy poco. La manipulación daña y degrada las glándulas de resina. Los contenedores rígidos (prefiero el cristal oscuro) contribuye a proteger las glándulas de resina frente al movimiento y la abrasión extras.
Guarda el cannabis medicinal seco y curado en un lugar seco, oscuro y fresco para preservar el aroma, el sabor y el contenido de cannabinoides. Las cualidades del cannabis se conservan mejor en estas condiciones. Los pacientes almacenan la mayor parte de su cannabis medicinal en un sitio seco, oscuro y fresco, y tienen a mano una provisión para varios días solamente. De esta forma, el cannabis no tiene tiempo de degradarse y se mantiene potente.
Introducir en el contenedor de secado paquetes de gel de sílice, hojas de periódico o servilletas de papel servirá para absorber el exceso de humedad. Asegúrate de retirar los paquetes de gel de sílice, el papel y demás con frecuencia para secarlos antes de volver a ponerlos en el contenedor.
Envasar cannabis para su conservación a largo plazo (de 6 a 48 meses) requiere un poco más de esfuerzo si queremos asegurarnos de que se mantengan las cualidades del cannabis. El cannabis puede conservarse más de 2 años, pero rara vez se da el caso. Si el cannabis ha de almacenarse durante más de 2 años, asegúrate de seguir las recomendaciones siguientes.
La refrigeración y la congelación también sirven para preservar el cannabis seco y curado. Aunque la refrigeración ralentiza la descomposición, los frigoríficos y los congeladores domésticos y comerciales tienen niveles altos de humedad. La humedad elevada puede causar condensación dentro de los contenedores sellados. Muchos frigoríficos tienen un cajón de “humedad baja”, pero la humedad sigue siendo bastante alta. Los frigoríficos de “humedad baja” que están disponibles para uso sanitario y otras industrias son caros. Muchos proveedores de semillas utilizan este tipo de refrigeradores. Los contenedores de almacenamiento deben estar bien sellados para reducir la condensación en su interior. Introduce paquetes de gel de sílice en los contenedores para que absorban la humedad condensada. Inspecciona periódicamente el cannabis almacenado para comprobar el grado de deterioro.
Otras formas de almacenar el cannabis incluyen su concentración en hachís, aceite o alcohol.
Sellado al vacío
Sella al vacío el cannabis para almacenarlo a largo plazo. El envasado al vacío elimina el oxígeno del contenedor hermético de almacenamiento, lo cual ralentiza al máximo la biodegradación de las flores de cannabis. La ausencia de oxígeno en bolsas herméticas crea un entorno que hace imposible el desarrollo de plagas y enfermedades. Las máquinas de vacío económicas emplean un bote con una tapadera de rosca. Una pequeña bomba de succión de aire está conectada a un tubo que tiene en su extremo una válvula de paso. El aire es aspirado fuera del bote para crear un cierre al vacío. Existen máquinas simples de vacío que funcionan a mano para cantidades pequeñas de cannabis.
Las máquinas de sellado al vacío ayudan a evitar que el cannabis cosechado se biodegrade rápidamente.
Las máquinas de sellado al vacío Food Saver y Seal-A-Meal son muy populares en Norteamérica. Estas máquinas pueden sacar el aire de una bolsa de plástico llena de cannabis curado, con lo cual se reduce al mínimo la oxidación. Una vez que el aire ha sido evacuado de la bolsa, la máquina crea un sellado hermético que mantiene intactos el perfil de cannabinoides y el sabor. Las máquinas de envasado al vacío más sofisticadas utilizan bolsas especiales de plástico impermeable. Los modelos más caros pueden inyectar CO2 y gas de nitrógeno* en la bolsa. Los distintos modelos de este tipo de selladores varían de precio entre 50 y 2.000 euros. Las máquinas de sellado al vacío más económicas también suelen estar disponibles en la sección de envasado de muchos supermercados y tiendas de alimentación a finales de verano y principios de otoño. Los contenedores que han sido sellados con máquinas de vacío económicas pueden perder el vacío en pocos días. Los racimos florales de cannabis medicinal que están envasados al vacío de forma adecuada se mantienen tan frescos como el día que fueron sellados en el contenedor hermético. Visita el sitio web de mis buenos amigos del norte de California Trim Scene Solutions. Son expertos en este tema.
*El gas de dióxido de carbono (CO2) en una concentración del 35%, o el gas de nitrógeno (N2) concentrado al 98% desplazan el oxígeno dentro de la bolsa sellada. En ausencia de oxígeno, la degradación del cannabis prácticamente se detiene. Las plagas y las enfermedades no pueden sobrevivir sin oxígeno. Los gases inertes (CO2 y N2) no alteran el perfil de cannabinoides.
Un sellador al vacío de gama industrial evacua el aire del interior de una bolsa de plástico resistente y cierra con calor el extremo abierto de la bolsa para conservar la frescura herméticamente.
Las máquinas sofisticadas de sellado al vacío pueden inyectar gas inerte de nitrógeno dentro de las bolsas selladas.
Las bolsas para hornear son el contenedor de almacenamiento favorito de muchos cultivadores de cannabis médico. True Liberty Bags fabrica bolsas opacas de color negro para impedir el paso de la luz.
Los cogollos florales de cannabis deben estar perfectamente secos para ser almacenados en contenedores de 120 litros. La humedad excesiva en una cantidad tan grande tiende a atraer el moho y la pudrición.
Qué hacer con un cultivo enmohecido
Los racimos florales enmohecidos, ya estén infectados por la pudrición del cogollo (Botrytis cinerea) o por oidio (término genérico para designar una enfermedad fúngica provocada por un mildiu polvoriento), y según la gravedad de la infección, harán que la cosecha tenga un peso total menor. Si el moho ha entrado en el sistema de la planta, permanecerá ahí tras la cosecha. Los pacientes médicos o cualquiera que esté afectado por dolencias respiratorias no deberían vaporizar o fumar cannabis enmohecido. Para más información, consulta el capítulo 24, Enfermedades y plagas.
Los pacientes médicos o cualquiera que esté afectado por dolencias respiratorias no deberían vaporizar o fumar cannabis enmohecido.
Detén los mohos y los mildius antes de que empiecen a extenderse por todo el cultivo. Inspecciona las plantas por la noche con una linterna UVC para detectar los hongos recién formados. Pulveriza con una solución de peróxido de hidrógeno (H2O2) para acabar con los hongos. Si la infección es grave, rocía toda la planta con solución de peróxido de hidrógeno antes de cosecharla. Cosecha las plantas con cuidado para que las esporas restantes de la enfermedad fúngica no contaminen otras plantas del jardín. Vierte un vaso (250 ml) de H2O2 al 3% en 20 litros de agua.
Baña las ramas cosechadas llenas de cogollos durante un tiempo de 1 a 5 minutos en el H2O2 diluido. A continuación, sacúdelas y cuélgalas en una habitación bien aireada hasta que el exceso de agua superficial haya desaparecido. Manicura los cogollos mientras las plantas están frescas y flexibles. Véase “Oidio” en el capítulo 24, Enfermedades y plagas, para una información completa sobre cómo controlar esta infección.
Con demasiada frecuencia, los jardineros cosechan sus cultivos enmohecidos y recortan el follaje afectado por el moho. Esta práctica dispersa las esporas de moho y no controla la enfermedad. El secado del cultivo da como resultado un moho persistente que está alojado tanto en el interior como en la superficie de los cogollos florales, las ramas y las hojas. Hacer hachís al agua o en seco tampoco acaba con la enfermedad. Una vez que las enfermedades entran en el sistema de la vegetación cosechada, permanecen en él aunque sea lavado en la superficie de la planta.
Los baños de peróxido de hidrógeno y la aplicación de luz UVC son dos formas eficaces de limpieza.
Sumerge el cannabis recién cosechado en un contenedor lleno de H2O2 diluido (véase la receta incluida anteriormente en esta sección). Los mildius y los mohos superficiales aparecerán flotando en la superficie del agua, y pueden ser retirados. Enjuaga las ramas de cogollos con una pulverización de agua fresca, sacude ligeramente para eliminar agua, y procede con la manicura y el secado.
Pasa el follaje cosechado bajo una lámpara ultravioleta (UVC) para acabar con los mohos y las bacterias superficiales. Uno o dos segundos es todo lo que puede aguantar una planta la luz UVC. Comprueba los tiempos de aplicación recomendados por los fabricantes.
Los cultivos enmohecidos son un gran problema. Ten siempre el jardín bien vigilado y busca los primeros indicios de moho para evitar que se extienda.